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Editorial 'En Clave rural': Costes de producción

María Santos aborda la situación económica del sector.

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Buenos días, si la semana pasaba contemplábamos con cautela el brote verde que parecía ser el descenso del paro agrario en 2015, esta hemos visto como el incremento de la renta agraria en un 1,2% el año pasado no terminaba de enraizar y el florecimiento quedaba en nada.

O al menos es lo que parece si somos capaces de contemplar el dato en términos relativos y es que a pesar del tímido incremento revelado por el Ministerio de Agricultura, la renta de los agricultores y ganaderos españoles es hoy un 16% más baja que en 2003.

La razón es clara, los precios en origen han retrocedido a los que había hace 15 o 20 años mientras que los imputs necesarios para producir no han dejado de subir. Y eso a pesar de la fuerte caída de cotización de los carburantes que no ha llegado al final de la cadena; y por supuesto el ciclo de sequía que afrontamos que no ayuda ni a reducir costes ni a mejorar rendimientos.

En 2015 el precio de los insumos batió un nuevo récord. Por cada euro de producción los agricultores gastaron la mitad en costes.

Los sectores más castigados en los precios: la leche y el vino.

Y es posible que no se lo crean porque en los lineales de los centros de distribución el consumidor no aprecia ese declive de los precios y para muestra un botón.

La lechuga se lleva la palma al mostrar un diferencial entre el precio de origen y destino superior al 1088%; esto es de 8 céntimos el kilo que percibe el productor a los 95 de venta al público. Será el transporte?, la transformación? Se admiten sugerencias.

En el caso del brócoli, los consumidores pagan ocho veces más que lo que cobra el agricultor; y en las mandarinas el precio se multiplica por seis pasando de 0,27 euros el kilo en origen a los casi 2 euros por kilos vistos en la tienda.

Por el contrario, el aceite de oliva virgen extra registró el menor diferencial de precios, solo de un 46 %, con 3,28 euros/kilo en origen y 4,78 euros/kilo en destino de media en 2015.

Entre los productos ganaderos, la mayor diferencia correspondió a la carne de cerdo, que se multiplicó por 5,42

Conclusión: la cadena será más o menos larga, tendrá más o menos eslabones pero al final el único eslabón que soporta los ajustes del mercado de sus productos y del de los demás es el agricultor o el ganadero; y así no hay renta que resista.

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