Verán. Tal y como están las cosas, lo mejor que pueden hacer los dirigentes socialistas es ir de excursión con los vecinos de Friol. Estos, lo hacen por una doble creencia: ser católicos y confiar en su cura, que el malvado del prelado de Lugo lo quiere "desterrar" a Quiroga. Y digo "desterrar" porque si los feligreses se oponen y el sacerdote también, ya me dirán cómo se le llama a esta nueva fórmula de traslado.
Por eso, los vecinos de Friol se van a Fátima. Pero, por muy creyentes que sean, no se crean que vayan allí a rezar, no. Van a desplegar una inmensa pancarta con sus reivindicaciones para que pueda leerlas el Papa Francisco. Y por si este pergamino del siglo XXI no fuese suficiente, le entregarán una carta de 50 folios denunciando lo ‘santiño’ que es el prelado de Lugo con ellos.
Pues, como digo, a esta excursión milagro deberían apuntarse los socialistas. Porque sin las cosas no les van bien -y todo hace pensar que así es-, volverán, a partir del 21 de mayo, a los tiempos de Largo Caballero. Es decir, se formarán dos bandos: uno, con escopetas de postas y otro, corriendo. Suerte que estos tiempos no son tan bravíos como aquellos, donde la sangre de los camaradas socialistas sí ha corrido como ríos. Pero entre ello.
Claro que en estos tiempos tampoco hay un Julián Besteiro -nada que ver con el lucense conocido de la juez De Lara y de la Justicia- que, después de casi aniquilarlo, se prestó a la reconciliación. No. Lo que deben hacer los socialistas es ir en esa excursión santona y reivindicativa. Y sino que se acuerden de Don Camilo y Peppone. Y cómo se las gastaba el cura malaleche al alcalde comunista, con ideales capitalistas. Pero al final se hicieron inseparables. Pues eso es lo que tienen que hacer los socialistas, antes de caer en el lado oscuro, que piensen lo bien que viven aquí y no por ese andurrial en el que andan perdidos.