Los resultados del 25-S han confirmado que el músculo del PP se mantiene en la Comunidad gallega. Los populares "arrasaron" en las urnas en prácticamente todos los concellos. Solo diez municipios de los 314 que tiene Galicia se le resistieron al PP este domingo. Las elecciones volvieron a teñir el mapa político de un azul claro. Casi nadie se quedó fuera: ni grandes ciudades, ni municipios minúsculos. Pero hubo un puñado de excepciones. Seguramente arrastrados por el buen hacer de sus alcaldes, hasta cuatro localidades de Ourense -territorio popular por antonomasia- votaron en clave local y, en lugar de seguir la corriente, le dieron la victoria al partido que gobierna en el consistorio. Muy contentos deben de estar los vecinos de Calvos de Randín, O Entrimo y Parada do Sil con sus regidores, todos ellos socialistas. Quizás el cambio de siglas (del BNG a Compromiso por Galicia) de su mandatario, Xosé Jardón Pedras, es lo que ha llevado a Vilar de Santos a convertirse en el único concello que pone a En Marea en primera posición.
En Lugo, sobresale el tono rojizo de Negueira de Muñiz, Pedrafita do Cebreiro y Ribeira de Piquín. También con gobiernos locales socialistas, los vecinos lo han tenido claro a la hora de elegir su papeleta para la presidencia de la Xunta. El mismo comportamiento se reproduce en los municipios de A Capela (Coruña), Fornelos de Montes y A Illa (Pontevedra), todos ellos con alcaldes del PSOE.