Desde que el pepino español estuviera en el centro de la picota por sus falsos riesgos para la salud de los consumidores ya estábamos tardando en enfrentarnos a una nueva crisis alimentaria, provocada por la falta de tacto y escrúpulos de la Organización Mundial de la Salud que con la ciencia en un brazo y la inconcreción en el otro ponía de manifiesto la relación entre el consumo de carnes procesadas y rojas con el riesgo, relativo, de padecer cáncer colonorectal.
Vaya por delante que me sumo al movimiento #freebacon que relativiza las afirmaciones de la OMS, sobre todo porque si algo evidencia la ciencia es que estar vivo sí que incrementa el riesgo de muerte, de cáncer, de infarto, de fallo multiorgánico,.......
El caso es que este tipo de comunicaciones de una Institución como la Organización Mundial de la Salud son fallidas, desde el punto de visto de la preservación de la salud, primero porque no son capaces de aportar una evaluación del riesgo ni unas recomendaciones de consumo saludables, y segundo porque no consiguen más que alarma social y un impacto en el consumo del producto en cuestión que desemboca en la crisis económica de los sectores productivos afectados.
Hoy estamos ante la preocupación de toda una industria mundial, la cárnica que teme unas pérdidas de consumo cercanas a las producidas por las crisis de las vacas locas que rondaron el 50% de la demanda de vacuno; o la de la mal llamada gripe aviar que rozó el 30%.
Criminalizar alimentos es un sinsentido que solo puede esconder intereses ocultos, o pantallas de humo que camuflan otras informaciones que no interesa que salgan a la luz, o trabajo soterrado de unos lobbies que quieren ganar cuota de mercado frente a otros; pero en este caso? Han sido 22 científicos de 10 países que han analizado el resultado de diversos estudios ninguno concluyente por sí solo para determinar que de las 490 sustancias que analizaban, salvo un químico textil, todas suponían un riesgo relativo para padecer cáncer colonorectal.
El mismo informe se matiza y puntualiza que el consumo individual supone poco riesgo pero y entonces? Si la Organización Mundial de la Salud ya hace recomendaciones de ingesta a partir de evaluaciones de riesgo donde además se atiende a los beneficios de lo que consumimos, qué objetivo cumple la publicación con semejantes titulares de este informes?
En la moderación y la variedad, está la virtud de cualquier dieta equilibrada donde tan peligrosos son los excesos como las carencias.
Respirar el aire contaminado de cualquier cuidad del mundo supone un riesgo de contraer cáncer, la exposición al humo de los coches, o de los aires acondicionados también, pero no podemos dejar de respirar. Comer es peligroso para salud y dejar de hacerlo, creanme, que también.
Definitiva mente vivir perjudica seriamente la salud, y puestos a vivir peligrosamente yo me sumo al #freebacon.
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