Manuel Pozo Guerra, de 52 años y procedente de Madrid, se ha convertido este lunes en el peregrino número 300.000 en llegar a Santiago de Compostela en este año 2018, y lo ha hecho tras realizar el Camino Francés en dos partes: desde Roncesvalles a León, y desde esta ciudad a la capital gallega.
En declaraciones a los medios, antes de ser saludado por el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, y de recibir la 'compostela' y el diploma acreditativo de que es el peregrino número 300.000 de este año 2018, Manuel Pozo ha bromeado con que, cuando se lo comunicaron, creyó que lo estaban "vacilando".
"¿Entre todos y soy yo?", se ha preguntado, antes de explicar que es "la primera vez" que hace el Camino de Santiago, pero no será la última. "Lo pienso repetir", ha dicho, aunque ha precisado que no será este año, cuando ya ha "cumplido". Quizás en 2019, como le trasladó después a Feijóo.
Si cada peregrino tiene una motivación distinta para iniciar la ruta, Manuel Pozo ha reconocido que el da el paso después de dejar de trabajar. "Me jubilaron, no estaba bien en casa y necesitaba salir", ha explicado, antes de ratificar: "La experiencia es inolvidable".
"QUE TODO EL MUNDO VENGA SOLO"
Su ruta del Camino Francés la hizo en dos tandas. Según ha señalado, de Roncesvalles a León le llevó 18 días y, desde León hasta la capital gallega, desde el 2 de octubre, cuando salió, hasta este lunes 15. Su intención es continuar hasta Fisterra.
Él vino solo y ha querido dejar una única recomendación: "Le aconsejo a todo el mundo que venga solo; luego en el Camino te encuentras de todo. Nunca vas a estar solo".
Manuel Pozo cree, además, que "cada uno se tiene que encontrar a sí mismo".
Finalizado el acto, ha bromeado con los medios con que, si no le "atosigan mucho", desearía comer, visitar la capital gallega --aún no se había desplazado hasta la Catedral-- y poder descansar, antes de continuar hacia Fisterra.