Los incendios forestales han mostrado la misma radiografía el mes que ha terminado como prácticamente en el mismo periodo del año anterior. Abril, no hizo honor a su refrán de ‘aguas mil’, se despidió cada día con cenizas al atardecer y olor a quemado. La sequía y las altas temperaturas, impropias de estas fechas, han servido como caldo de cultivo para la propagación del fuego por los montes gallegos. Por eso, abril ha sido un mes devastador para la Galicia verde, convirtiendo sus montes en un polvorín. Tal es así, que ardieron 2.540,14 hectáreas en los 33 incendiosde los que informó Medio Rural (que ofrece datos cuando superan las 20 hectáreas). A ellos se suman otros 350 de menor superficie quemada.
La provincia más afectada fue Ourense, con 865,65 hectáreas calcinadas en 16 focos, seguida de Lugo - 21.49 ha y ocho frentes-, Coruña -con 923 ha y otros 8- y Pontevedra -con las 30 hectáreas del fuego en Cerdedo-Cotobade-.
Prácticamente, todos los días ardió algún punto de Galicia. Los servicios de extinción recibieron una alerta por un nuevo fuego en 20 de los 30 días de abril. Las jornadas más negras se concentraron antes de Semana Santa y a fin de mes.
Los incendios más voraces ocurrieron en Narón -con 444 hectáreas-, Quiroga -con 170 hectáreas-, y Carballeda de Avia -con 137 hectáreas-. El primero se extendió hasta Ferrol, donde mantuvo una noche en vilo a los vecinos de cinco casas de la pequeña aldea de O Pocheiro, en Covas. Medio Rural decretó el nivel 2 de alertapor la cercanía de las llamas a las viviendas, que fueron desalojadas.