Las detenciones de los cuatro exdirectivos de Novagalicia, todos procedentes de Caixanova, y el abogado que defendió ante los consejos las bondades de los contratos de alta dirección, se produjeron en cascada en la tarde de este lunes, después del auto de ingreso en prisión dictado por la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, que denegó la suspensión de su condena.
Al Juzgado de Guardia de Vigo llegó la orden de la Audiencia Nacional, que la cursó a través de la Unidad de Delincuencia Especializada. A Julio Fernández Gayoso, que cuenta con 85 años, se le detuvo en su residencia habitual, según las fuentes consultadas. José Luis Pego Alonso, que fuera director general y que habitualmente alterna estancias en Madrid y Vigo, acudió por su propio pie a comisaría, según las mismas fuentes.
Óscar Rodríguez Estrada, que no tenía obligación de reintegrar dinero alguno de las indemnizaciones, pero que fue también condenado, se le detuvo en un conocido hospital vigués. Los tres ingresaron a lo largo de la tarde de ayer en la prisión pontevedresa de A Lama.
Gregorio Gorriarán, que fue responsable de la división inmobiliaria de la caja fusionada, y Ricardo Pradas, el abogado externo, fueron detenidos en Madrid. La celeridad imperó en los arrestos, según destacan diversas fuentes. A ninguno de ellos se les concedió el previo aviso de diez días, que es habitual, para ingresar en prisión, ni la opción de plantear, por cercanía a sus hogares, una prisión alternativa.
Todo parece indicar que Fernández Gayoso, por edad, se podrá acoger en breve a determinados beneficios penitenciarios, que tendrá que decidir el Juez de Vigilancia Penitenciaria de Pontevedra.