Este lunes ha pasado por los micrófonos de Es la Mañana de Sevilla de esRadio el escritor, articulista y profesor Fernando Iwasaki. Lo hecho con motivo de su reciente galardón obtenido, el VIII Galardón Periodístico Alberto Jiménez-Becerril, cuyo acto de entrega tuvo lugar el pasado viernes, 31 de enero, en el Salón Colón del Ayuntamiento hispalense. La Fundación Jiménez-Becerril le ha entregado este premio en reconocimiento por haber defendido en todos estos años la memoria del concejal del PP Alberto Jiménez-Becerril y su esposa, la procuradora Ascensión García, a lo largo de todos estos años desde sus artículos, que nunca faltan cada 30 de enero, en el aniversario del doble asesinato perpetrado por la organización terrorista ETA.
"Es una sensación un poco agridulce porque siempre voy a sostener que este es un premio que tiene un origen muy triste, el asesinato ruin y sinsentido de Ascen y Alberto. Pero por otro lado, recibir este reconocimiento me parece que es una suerte de exigencia que me insta a seguir hablando de ellos, y por lo tanto es un reconocimiento a este esfuerzo para que su memoria no se pierda", ha señalado Iwasaki durante la entrevista.
El escritor de origen peruano era amigo íntimo del matrimonio asesinado a manos de ETA. Aquella noche del 30 de enero de 1998 cuando se produjo el crimen, Iwasaki se quedó cuidando de los tres hijos de Alberto y Ascen para que no se enteraran de los hechos terribles que acababan de suceder a apenas unos metros de su casa.
"Pasaron muchas cosas esa noche, quizás, la que no se me va de ninguna manera de la cabeza es entrar a la casa de Ascen y Alberto para recoger a sus hijos, que estaban dentro y no sabían nada, y que no podían saberlo porque había personas que te llamaban para pedirte que hicieras el esfuerzo de que no supiera nada. Y eso no se me va a olvidar jamás, el no haber podido abrazarlos, no haber podido llorar con ellos".
Mantener vivo su recuerdo
En este sentido, Iwasaki ha recordado que "para mí esa noche [30 de enero de 1998] fui absolutamente consciente de que España es también mi país". "Alberto y Ascen deben ser siempre una referencia para una sociedad como la de Sevilla, que a lo largo de todos estos años ha procurado mantener vivo su recuerdo".
Respecto a la memoria y el tratamiento hacia las víctimas de ETA, el escritor ha lamentado que algunos presos de ETA con delitos de sangre se hayan graduado o licenciado en la cárcel "para atenuar sus condenas". "Les han acercado a prisiones dentro del País Vasco, les han hecho homenajes…", ha denunciado Iwasaki, al tiempo que ha señalado que "hemos perdido la posibilidad de mantener una cordialidad, en cambio hoy se busca la polarización y se busca desde cada extremo".
"Eran dos chicos muy enamorados, eran una pareja maravillosa, tuvieron una vida digna y bella. Y a mí me parece que eso es el mejor legado. Ambos eran personas muy queridas, incluso por su adversarios políticos". Para Iwasaki el mejor legado que han dejado Alberto y Ascen tiene que ver con "esa delicadeza de no refregarle tus ‘goles’ al adversario". Y explica de dónde viene esa metáfora. "Alberto era sevillista y yo muy bético. Decidimos que nunca íbamos a festejar los goles del contrario, porque veíamos los derbis juntos y nos parecía de mal gusto. Y creo que eso también es una lección política, es importante no celebrar los goles delante de tus invitados o anfitriones".
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