En España no solo hay increíbles compositores, sino que también hay mucha afición a las bandas sonoras. Por comentar solo un par de datos: el primer disco de música de cine se editó en 1989 y llegaron a convivir dos revistas dedicadas al género. Además, actualmente se celebran dos festivales anuales temáticos: Filmucité, en Tenerife, y MOSMA, en Málaga. Muestra de la calidad de nuestros compositores en que en los últimos años varios han sido nominados al Oscar, como Alberto Iglesias o Javier Navarrete.
Algo inherente al cine español es que se mueve mucho por modas y tendencias, y eso no afecta sólo a los actores. Por eso hoy quiero hablar de grandes compositores en activo y de los que nuestra industria parece haberse olvidado. Así que esta sección es un homenaje y a la vez un llamamiento para que su nombre vuelva a estar presente.
La primera en la que nos detenemos es Eva Gancedo y la música que creó para La buena estrella, película de personajes castigados a los que ella arropó con su composición. Con ella se convirtió en la primera compositora en ganar un Goya en esta categoría. Gancedo nació en Madrid en 1958 y además de su formación clásica de conservatorio, ha sido miembro de diferentes grupos de pop y rock. También recibió el premio fin de carrera en el Berklee College of Music de Boston, que durante años fue la meca de los compositores españoles que querían dedicarse a la música de cine, puesto que aquí no había formación. Actualmente, hasta tiene un campus en Valencia.
Al igual que los grandes binomios director-compositor que se han dado en Hollywood, en España ha ocurrido lo mismo, en este caso, con Ricardo Franco. Eva y Ricardo se conocieron a través de uno de los grupos de los que ella formó parte, Las Lunares, y acabó componiendo la banda sonora de varios de los trabajos de Franco: el documental Después de tantos años, la serie Yo, una mujer, que protagonizó Concha Velasco, la ya mencionada La buena estrella y Lágrimas negras, que supuso el fin de la colaboración, ya que el director sufrió un infarto en pleno rodaje del que acabó falleciendo.
Eva Gancedo ha trabajado en varias ocasiones con el original director Rafael Gordon, que justamente dirigió su último trabajo, el documental La mirada de Ouka Leele en el ya lejano 2008. Parece que después de ese título Gancedo decidió retirarse de la composición para el cine y dedicarse a la docencia. Recientemente ha formado parte del jurado del Festival de Cine de Almagro. Hay que hacer justicia a esta compositora que abrió camino y ha servido de inspiración a otras de primera línea como Zeltia Montes, Goya por El buen patrón, o Vanessa Garde.
El siguiente compositor olvidado es Carles Cases, responsable entre otras de El porqué de las cosas. Nacido en Sallent de Llobregat (Barcelona) en 1958, Cases es un talento único en el panorama español por su gran personalidad. Con formación en piano, violoncello, armonía y jazz, y estudios en Noruega y Cuba, también ha formado parte de diferentes agrupaciones y creó la asignatura de bandas sonoras en la universidad Pompeu i Fabra de Barcelona.
El compositor estableció una relación profesional longeva con un director, en este caso Ventura Pons, fallecido a principios de este año. Una colaboración que arrancó en 1991 y duró prácticamente 20 años, con interesantes títulos, como Amigo/Amado o Animales heridos, y que en este casó se rompió por desavenencias artísticas, parece que el compositor le dijo a Pons que no le gustaba cómo hacía las cosas, dicho de forma muy resumida.
Este compositor, no obstante, también ha trabajado con otros directores, como Gonzalo Suárez por ejemplo en Oviedo Express o Jaime Chávarri en Camarón o El año del diluvio, que vamos a escuchar ahora.
Carles Cases es uno de esos ejemplos no de músico de cine, sino de músico que además hace cine. Y digo esto porque él ha declarado que no es cinéfilo -cosa que tampoco es John Williams- y que no necesita ver las películas para ponerles música. Aun así, es un gran compositor con un estilo muy particular y reconocible. Y pese a ello, su última banda sonora es Los del túnel, una comedia del ya lejano año 2017.
Dos de los directores con los que ha colaborado, Gonzalo Suárez y Jaime Chávarri, son ya mayores y no sabemos si volverán a dirigir. Cases concedió una dolorosa entrevista hace unos años contando la dramática situación financiera en la que se encontraba. Por suerte parece haberse recuperado y, aunque el cine le haya olvidado injustamente, no para de dar actuaciones con su Carles Cases string band, este año se ha estrenado un documental sobre su figura y por ejemplo, también ha compuesto la música de las audioguías de la Sagrada Familia, pocas músicas se escucharán diariamente en España tanto como esa.
El responsable de la BSO de ‘Airbag’
Estamos escuchando la banda sonora de La madre muerta, un trabajo estremecedor de Bingen Mendizábal, compositor nacido en Vitoria en 1962, que comenzó estudiando violín, interesándose por el folk, estuvo en un grupo de rock vasco, Hertzainak, y comenzó en el mundo de las bandas sonoras con un mediometraje de Juanma Bajo Ulloa, El reino de Víctor, en 1989. Comenzó así una estrecha colaboración en todos los títulos del director también vasco: este que estamos escuchando, La madre muerta, así como Alas de mariposa o Airbag.
Mendizábal ha sido un compositor que preferentemente usa texturas de cámara y pocos instrumentos, no es frecuente en él escuchar explosiones orquestales al estilo de Roque Baños o Fernando Velázquez. Por ello se ha adaptado perfectamente a dramas o comedias dramáticas como Secretos del corazón, La hora de los valientes o Visionarios, así como la serie de televisión La regenta.
El Viaje de Carol es una música que refleja perfectamente ese viaje de la protagonista, medio bucólico medio dramático, esa pérdida de inocencia en el ambiente de la guerra civil, todo eso se escucha en esta preciosa composición de esta película dirigida por Imanol Uribe en 2002. Un compositor de gran talento, Bingen Mendizábal, y que desde la crisis económica de 2008 se ha visto apartado de la gran pantalla. Su último trabajo para el cine ha sido precisamente la última película que ha dirigido hasta el momento Juanma Bajo Ulloa, Baby, en 2020, por la que ganó el premio Feroz y fue nominado al Goya.
En 2023 se estrenó Bidean jarraituz que sigue los pasos del compositor a raíz de un encargo para componer la música de un documental, y que repasa su trayectoria y su aportación en sus distintas vertientes. Otro de nuestros creadores a reivindicar.
El País Vasco siempre ha sido tierra de grandes compositores, y la música para el cine no es una excepción. Bingen Mendizábal, Alberto Iglesias, Fernando Velázquez, los ya fallecidos Luis de Pablo o Carmelo Bernaola, Aránzazu Calleja o Maite Arroitajauregui, ganadoras del Goya por Akelarre son buen ejemplo de ello.
Termino con el maravilloso Ángel Illarramendi y la emotiva música que compuso para Aunque tú no lo sepas, con ese bandoneón que a mí personalmente me encanta. Nacido en Zarautz en 1958, titulado por el Conservatorio Superior de San Sebastián, ha compaginado su labor en el cine con obras para conciertos, como sinfonías, suites, poemas sinfónicos, misas y óperas de cámara. También en su trayectoria hay una colaboración muy estrecha, en este caso con productor y directora, Elías y Gracia Querejeta.
Una colaboración que comenzó con Una estación de paso en el año 1992 y continuó en las películas El último viaje de Robert Rylands, Cuando vuelvas a mi lado y Héctor. Con esta película finalizó esta relación profesional, y desde entonces la prolífica directora ha preferido trabajar con otros compositores del panorama nacional.
Illarramendi es un músico de prestigio pero en 1999 le ocurrió algo que desgraciadamente sucede mucho en este sector y que pocas veces se cuenta abiertamente. La suntuosa partitura de Los Borgia la escribió Ángel Illarramendi, un intento no muy acertado de cine histórico y acercamiento a la legendaria familia.
En La lengua de las mariposas, la emotiva película de José Luis Cuerda, por causas nunca aclaradas del todo, Illarramendi presentó su trabajo, no gustó al director y este lo sustituyó por Alejandro Amenábar ya que muchos no lo sabrán, pero el director es además guionista y compositor de todas sus películas, excepto de Ágora, e incluso recibió un Goya por la banda sonora de Mar adentro.
Una situación frustrante y humillante para Illarramendi, quien además sufrió presiones para que no diera a conocer lo ocurrido. Toda esta historia la cuenta el experto en música de cine Conrado Xalabarder en la biblia de la banda sonora, MundoBSO. Finalmente Ángel Illarramendi publicó esa composición en un disco bajo el título Una historia reciente. Otros destacados trabajos suyos han sido Yoyes, El hijo de la novia, Luna de avellaneda o Teresa, el cuerpo de Cristo. Su último trabajo para el cine, según su web oficial, es de 2016, la película Acantilado.
Ninguno de los cuatro compositores que he querido reivindicar hoy no deberían ser olvidados por el cine español. Grandes maestros que por su talento y lo que han aportado a nuestro cine merecen ser tenidos en cuenta. Y, sobre todo, no les he dedicado esta sección por ser compatriotas, sino por ser buenos compositores de cine.
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