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Garci habla de cómo influyó en su vida 'Lo que el viento se llevó'

Arconada entrevista a Garci por su libro Lo que el viento se llevó. Un recuerdo, un comentario una película que cambió su forma de ver el cine.

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José Luis Garci ha presentado en Es Cine su libro sobre una de las películas que más le han marcado en su vida, Lo que el viento se llevó. Un recuerdo, un comentario. Durante la entrevista con Andrés Arconada el director asegura que Lo que el viento se llevó "sigue igual" desde que se estrenase en 1939 en EEUU. En España tuvimos que esperar un poco más, concretamente hasta el año 1950 y cuando lo hizo sólo fue posible verla en Madrid y Barcelona. "España se había quedado parada después de la guerra y la posguerra, todo el mundo había oído hablar de ella". 

Con Lo que el viento se llevó se vivió en los años 50 el fenómeno que vive actualmente Madrid con los musicales de la Gran Vía, que se han convertido en un destino turístico. "Venía gente de todas partes durante un fin de semana y todo el mundo salía deslumbrado". Un público encandilado por lo que acababa de ver cómo le pasó al oscarizado director español. 

 

 
Garci cuenta cómo "el Palacio de la Música fue mi primera comunión del cine: los porteros, las taquilleras, la gente del bar... fue la entrada en una profesión que quién me iba a decir a mí en aquel momento que años después sería la mía". Si eres religioso, continúa el director, "era como una catedral, esos cines tenían mucho mármol en las escalinatas, eran preciosos". 
 
Y el Palacio de la Música, tristemente cerrado actualmente, tuvo mucho que ver en que Lo que el viento se llevó impresionara tanto a Garci. "Si hubiera sido en un cine pequeño no me hubiera impresionado tanto, pero la magnificencia de ese cine, los cartelones, es algo que volví a sentir cuando estuve en el Radio City de Nueva York". Allí acudió junto a Antonio Mercero al estreno de Qué me pasa doctor, "era impresionante oír cómo se reían 6 mil personas a la vez, había momentos en que no se oían los diálogos". De hecho, para Garci "los cines de la Gran Vía, como el Avenida o el Palacio de la Música tenían cierto aire norteamericano, el barroco neoyorkino". 
 
Un cine, el Palacio de la Música, que siempre ha estado muy presente en su vida, "tuve la suerte de hacer el estreno de El abuelo allí, recuerdo que cuando eran las 8 de la tarde, antes de que llegaran todos, con el cine vacío me subí hasta arriba y pensé, 'cuándo sería la próxima vez que vería esos cines llenos sin que se trate de un estreno". Aquello era 1998 "y los cines empezaron a perder fuerza, entraron en casa las pantallas". 
 
Arconada cuenta que al Palacio de la Música "me llevó mi abuelo a ver por primera vez a Marisol, que luego se convirtió en un mito para mí, y lo recuerdo lleno completamente de gente que aplaudía con una admiración tremenda cada vez que terminaba de cantar en la película". 
 
Precisamente Garci recuerda cómo ese mismo día él había ido a ver al Cine Imperial de la Gran Vía Crimen perfecto de Hitchcock, "al salir vi una nube de fotógrafos y decían que allí estaba la niña, Marisol, eran estrenos tremendos con haces de luces como en Hollywood". Era la época en la que "la gente madrugaba los domingos para ir a la cola de los cines y conseguir una entrada para la tarde". Estrenos por todo lo alto, como el de Tacones lejanos de Almodóvar. Arconada cuenta cómo "inundaron toda la Gran Vía de coches y nos dieron a todos un frasco de Chanel". 
 

Lo que el viento se llevó, guerra de sexos

Volviendo a Lo que el viento se llevó, Garci explica que realmente se trataba de "una guerra de sexos para la época" con una "Escarlata O'Hara que era una mujer resuelta e independiente frente al personaje de Butler, nadie mejor que Gable para hacer esa película, está escrito para él, un sinvergüenza, un cínico pero con unos valores, un tipo legal en definitiva". Garci recuerda cómo "Alfonso Sánchez siempre decía con cariño que son dos hijos de puta".  

 

Garci explica la importancia de Lo que el viento se llevó, "pese a tener muchos directores es una película especial, es el equivalente a El nacimiento de una nación, de Griffith, donde el cine da un giro". Pues bien, con Lo que el viento se llevó "el cine da otro giro hacia un color maravilloso, el tecnicolor". De hecho recuerda cómo al salir de verla "le dije a mi padre que aquellos colores eran más bonitos que el arcoíris". 
 

Gable, una ‘estrella de cine española’

Era una época en la que "el cine americano no era visto cómo cine extranjero porque estaba doblado, si Spencer Tracy o Gable hubieran llamado a la puerta de cualquier español le hubieran invitado a entrar porque eran como de la familia, eran nuestras estrellas". En aquella España "el cine extranjero era el húngaro o el francés". 
 
Garci recuerda con cariño cómo "mi madre se murió la pobre pensando que Paul Newman hablaba español". Eso fue debido a "Franco, si hubiera sido como Portugal se nos hubiera pegado algo de inglés de tanto escucharlo". 

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