En 1943 comienzan a producirse las victorias de los aliados. Esto provoca, según César Vidal, dos movimientos en España "con los que Franco supo maniobrar muy bien". El primero es "un intento de golpe de estado planeado por Hitler utilizando a Muñoz Grandes, al frente de la División Azul, para que España entrara así en guerra al lado de Alemania".
Sin embargo, "Franco abortó este plan haciendo regresar de la URSS a Muñoz Grandes y no dejándolo salir más de España", apunta Vidal, que añade que "Muñoz Grandes era muy germanófilo, pero no creo que hubiera dado un golpe de estado".
El segundo movimiento es "mucho más importante, llevado a cabo por los partidarios de restaurar la monarquía". Según César Vidal, "el 8 de marzo del 43 Don Juan le manda una carta a Franco, todavía respetuosa, diciendo que España está expuesta a grandes peligros a causa de un régimen que califica de provisional y aleatorio e instándole a adelantar lo más posible la fecha de la restauración".
Don Juan se apresura con la caída el 25 de julio del 1943 de Mussolini. De esa forma, "el 2 de agosto le manda un telegrama a Franco instándole a entregarle inmediatamente el poder". En esa línea, "un grupo de generales de primera fila se reúnen el 8 de septiembre y envían una carta muy respetuosa donde afirman":
Parece llegada la ocasión de no demorar más el retorno a aquellos modelos de Gobierno genuinamente españoles.
El 28 de septiembre, es Gil Robles, que estaba en Estoril con Don Juan, el que envía una carta al Ministro del Ejército diciéndole "que los aliados van a ganar la guerra con el desembarco en el norte de África y la caída de Italia, que hace falta una restauración monárquica pero que ésta no la podía hacer Franco", explica Vidal.
César Vidal ha asegurado que "todo ello coincide con la ayuda del gobierno británico a Salvador de Madariaga para publicar un libro, Spain, en el que dejaba muy mal al Gobierno de Negrín y la II República y donde abogaba por una solución de monarquía parlamentaria".
Según César Vidal, Franco actuó de una manera muy inteligente. "Reunió a los principales generales para asegurarles que no iba a haber una invasión aliada ya que tanto Roosevelt como Churchill le habían dado garantías". Además, "Franco les asegura que España se dirige a una monarquía, que va a promulgar una ley de sucesión y que dado el momento habrá un rey". Como apunta César Vidal, "Franco no mintió, hubo una ley de sucesión y un rey, el hijo de Don Juan, si bien es cierto que 30 años después".
La vuelta de la División Azul
Una consecuencia directa de todos estos cambios es la repatriación de la división azul, destacada en la URSS para luchar junto a los alemanes. "En septiembre del 43, cuando los aliados están avanzando, Franco anuncia a Alemania y a Gran Bretaña al mismo tiempo que va a repatriar a la división azul". El siguiente paso es declarar la neutralidad de España ante el cuerpo diplomático en nuestro país el 1 de octubre.
De esa forma, el 12 de octubre comienza la repatriación de la división azul. César Vidal ha explicado que "como había un gran número que no quería volver, Franco deja allí un pequeño grupo. El 18 de diciembre llegaron por fin a España y sólo la recibió Muñoz Grandes y Arrese, los restos del falangismo institucional".
Una vez pasada esta crisis, Franco se enfrenta según César Vidal a "su año más difícil, el 44, donde se llegó a producir incluso una invasión de España en el Valle de Arán".
Los movimientos de Don Juan
Federico ha resaltado la imprudencia de Don Juan. César Vidal la explica, "pensaba que realmente se iba a producir una restauración, por ello se recorrió todas las cancillerías". Cuando todo hacía indicar que Hitler iba a ganar la guerra, "los contactos de Don Juan son con el III Reich al que garantizan que iba a mantener a la Falange e instaurar un régimen de signo fascista".
En aquellos momentos todo el mundo quería un acuerdo con Hitler, ha señalado César Vidal. Para Federico, el más sorprendente es el ideado por Jiménez Caballero, "que pensó que Hitler tenía que casarse con la hermana de José Antonio Primo de Rivera para al Imperio de Carlos V con la unión de España y Alemania".
La canción: Ojos verdes
Federico nos cuenta la historia de Ojos verdes, de Miguel de Molina, de cómo tuvo hasta censura por su letra.
Apoyá en el quicio de la mancebía,
miraba encenderce la noche de Mayo.
Pasaban los hombres
y yo sonreía,
hasta que en mi puerta paraste el caballo.
Serrana me das candela
y yo te dije gaché.
Ay ven
y tómame mis labios
y yo fuego te daré.
Dejaste el caballo
y lumbre te di
y fueron dos verdes luceros de Mayo tus ojos pa' mí.
Ojos verdes,
verdes como,
la albahaca.
Verdes como el trigo verde
y el verde, verde limón
Ojos verdes, verdes
con brillo de faca
que se han clavaito en mi corazón
Pa mí ya no hay soles,
lucero, ni luna,
No hay más que unos ojos que mi vida son.
Ojos verdes, verdes como
la albahaca.
Verdes como el trigo verde
y el verde, verde limón.
Vimos desde el cuarto despertar el día,
y sonar el alba en la torre la vela.
Dejaste mi brazo cuando amanecía
y en mi boca un gusto a menta y canela.
Serrana para un vestido yo te quiero regalar.
Yo te dije está cumplio,
no me tienes que dar ná.
Subiste al caballo
te fuiste de mí,
y nunca otra noche
mas bella de Mayo han vuelto a vivir.
Bibliografía recomendada
Título: EMBAJADOR EN EL INFIERNO
Autor: Torcuato Luca de Tena
Editorial: Descatalogado (Versión de HOMO LEGENS, 2010)
César Vidal nos recomienda este libro de Teodoro Palacios, uno de los divisionarios que pasó por la terrible experiencia del cautiverio en Rusia. En este libro – que seguía el modelo anglo-sajón de que un periodista contara las memorias relatadas por el protagonista – Palacios desgranó una cautividad difícil en la que los españoles demostraron, por regla general, mucha mayor dignidad que los prisioneros alemanes quizá porque conservaban un idealismo que los germanos habían perdido mucho tiempo atrás. Sin duda, uno de los libros indispensables para comprender la Historia de la División Azul.