Recomiendo a los que estén interesados que lean algún artículo del penalista alemán Dr. JAKOBS sobre el denominado DERECHO PENAL DEL ENEMIGO. Retrata muy bien este exceso penal que es el entramado de la violencia de género...
Dentro de poco de acuerdo a la ideología totalitaria e incoherente de nuestro presidente el ser hombre será agravante y ser mujer atenuante, ser blanco agravante y ser de otra raza atenuante, ser de derechas agravante y progre atenuante, ser político de derechas agravente y del PSOE y asociados será impune.
Menos mal que empieza a aflorar un poco de sentidito común, porque el espectáculo ya no puede ser más bochornoso. La cosa ya no es sólo que tengamos un Parlamento populista o buenista, sino de muy limitada inteligencia. Porque meter la pata de manera tan flagrante echando carnaza a la idiocia del populacho, para que al día siguiente de resaca, ya un poco más calmaditos, se te vean irremisiblemente las vergüenzas, no es para poner una medalla a la clase política, que por, increíble que parezca, no pierde la capacidad de superarse a sí misma en descrédito y deshonra.
Señalaba yo ayer en un comentario a la “pregunta del día” –que, por cierto, no sé para qué animan a comentar si luego no aparece ni uno- un par de argumentos de sentido común sólo imperceptibles para una inteligencia media desde la más censurable desidia intelectual. Los voy a repetir para vergüenza de tanto apresurado secuaz de lo políticamente correcto (¿hay algo más vil y despreciable?), a ver si tiene huevos de corregirme.
En los delitos culposos, es decir, caracterizados por no existir voluntad de dañar, sino imprudencia, tiene todo el sentido que se penalice la merma de destreza que provoca el alcohol, porque lo punible es precisamente la falta de previsión debida. Los delitos dolosos se definen por ser la voluntad de dañar lo sustantivo, lo punible. ¿Cómo en este caso, una probada disminución de tal voluntad puede agravar el delito? ¡Horror! Es un disparate descomunal, increíble, de retrasado. De político.
Repito la jugada, por si aún no ha quedado clara. ¿Cómo una agresión que se considera inducida en parte por el alcohol, y por ello en cierta medida involuntaria, puede ser más grave que la misma agresión cien por cien voluntaria? Es alucinante que casi un sesenta por ciento de la gente apoyara esta aberración en la encuesta de ayer. ¿Por qué no nos paramos a pensar un poquito, hombre? Si no cuesta tanto.
Habrá quien piensa que se puede y se debe penalizar la desinhibición del impulso agresor en sí misma. Obviando el tufo totalitario de la proposición y ciñéndome a lo jurídico, digo que muy bien, pero entonces no nos contradigamos en la misma frase pretendiendo que hay que añadir a la pena por dolo la pena por imprudencia, porque estaríamos castigando doblemente, en franca conculcación del principio jurídico non bis in ídem y de la lógica más elemental. Es algo tan kafkiano como calificar de asesinato y de imprudencia temeraria a la vez la apertura de la jaula del león que ha matado a alguien. O es una cosa o es otra, pero las dos a la vez es contradicción en los términos.
En fin, qué vergüenza de Parlamento y de pueblo borreguil sumiso a una banda de idiotas. Yo les animaría a que se suelten la melena y nos pongan controles de alcoholemia en los portales. Venga, tengo interés por saber hasta dónde llega el aguante cobarde y la necedad del pueblo español
Otra cosa, el peor el PP. Los otros son más idiotas que malvados, que ya es decir, pero estos son cobardes y traidores. Es imposible caer más bajo.