Desde el edificio de la Cruz Roja en Puerto Príncipe, una de las seis cooperantes llegadas ayer a Haití, dijo en el programa de Luis Herrero, de esRadio, que la gente está a la intemperie porque temen que sus casas se vengan abajo con las réplicas. Entre las carencias fundamentales está la falta de agua, los hospitales saturados, los heridos en las calles y los problemas de comunicación, ya que ni siquiera saben qué ha pasado con sus seres queridos. Sin embargo, no es la mayor tragedia que ha visto Cristina en su trayectoria humanitaria. "Es un escenario que ya prevés cuando vas a venir. Desgraciadamente, estas escenas se ven otras veces, demasiado a menudo".
Según esta cooperante, la prioridad del Gobierno y de la ONU es hacerse cargo de los cadáveres, continuar con el rescate y los primeros auxilios, y se está tratando de garantizar refugio a los damnificados y agua potable. "La situación es muy complicada. Las labores de rescate son muy lentas y seguirán siendo lentas, hará falta tiempo para saber la magnitud de lo ocurrido".
Sin embargo, ni ella ni sus compañeros han visto a los haitianos construir barricadas con cadáveres, como describen otros medios. Al contrario, "hemos visto a la población tranquila, en calma, esperando la ayuda internacional y sabiendo que la comunidad internacional se está moviendo y a la expectativa de que la normalidad vuelva a sus vidas". Tampoco ha visto a niños vagando solos por las calles. "Hemos visto mucha gente en las calles, pero van en familia y los padres con los niños".
Luis Herrero también habló con Germinal , también cooperante de Cruz Roja que ahora se encuentra en República Dominicana aunque estuvo ayer en Haití. Castillo describió una "situación dantesca, terrible, toda la ayuda es poca". Dijo que la situación es "muy, muy complicada" y que habrá unas tres millones de personas afectadas. "La situación sanitaria se agrava por momentos y estamos trabajando a contrarreloj". Castillo afirmó que hasta que no pasen días no se podrá tener una evaluación completa. "La potabilización de agua es fundamental, hay mucha destrucción, una tragedia brutal y va a costar restablecer normalidad". Al igual que su compañera en Haití, dijo que los hospitales están saturados y los socorristas aplican los primeros auxilios. Tampoco Castillo ha visto las barricadas de cadáveres por la tardanza de la ayuda. "Las comunicaciones son pésimas y la labores de distribución no son fáciles", pero no ha visto ningún motín.