No puedo comenzar el relato de la jornada de hoy, sin conectarlo con el día de ayer y ahora entenderéis el por qué.
Desde el viernes al anochecer y hasta este mismo sábado a la misma hora es el Shabat, como recordaréis, el día de descanso para los judíos. Las costumbres de dicho día entre una parte de la comunidad judía en Jerusalén han sido desde ayer motivo de asombro para buena parte del equipo que formamos Es la noche y digo desde ayer porque, mientras una servidora os escribía desde el hotel parte de este diario de viaje, Isaac, Manu y Asier volvían dando un relajante paseo por las milenarias calles de esta ciudad. Ellos precisamente fueron protagonistas de una anécdota que merece ser contada y que se ha repetido de múltiples formas a lo largo del día de hoy.
Todo comenzó en esa vuelta al hotel desde la zona vieja de Jerusalén; realizador, jefe técnico y productor comentaban tranquilamente lo mucho que la ciudad les estaba sorprendiendo; de repente y con un desagradable sonido de alarma de fondo, dos jóvenes les pararon en medio de la calle para preguntarles: "¿Sois judíos? "No" respondieron ellos. "¿Podéis acompañarnos dentro? Necesitamos ayuda".
Manu e Isaac decidieron quedarse fuera del recinto, de momento desconocido; Asier, sin embargo, prefirió saciar su interminable curiosidad, les acompañó y ejerció de Goy shel Shabat. Les preguntó donde estaban. "En una sinagoga", dijeron ellos "y lo único que tienes que hacer es apretar ese botón para que la alarma deje de sonar". Así lo hizo Asier, apretó el botón, la alarma dejó de sonar, le dieron las gracias y los tres miembros de Es la noche salieron de la sinagoga, volvieron al hotel y recordaron que como es Shabat, los jóvenes no podían pulsar el botón y así poder conciliar el sueño.
Este detalle, como he dicho anteriormente, se ha repetido a lo largo de hoy sábado 25 de mayo... ¿Tiene fuego? Pregunté tras el desayuno -como fumadora-, "si eso se lo hubieses preguntado a un judío hubiese sido una provocación Adriana" añadió con una sonrisa César. Tras su acertada precisión, él mismo tuvo que ayudar a su hija para poder escribir una petición enfrente del Muro de las Lamentaciones, porque tampoco ella podía escribir en Shabat en este lugar sagrado. Curiosidades que en nuestra cultura pueden llamar mucho la atención pero que en Jerusalén y en el judaísmo concretamente es algo totalmente normal.
Todo ello precisamente fue motivo para plantear muchas cuestiones a Ofir Jacobson, un educado joven israelí con un perfecto español que esta mañana nos ha ayudado a entender mucho más la realidad geopolítica del país y nos ha abierto las puertas de la antigüedad milenaria que forma parte de Jerusalén ¿Y qué mejor manera de comenzar a trasladarte al pasado que dando un paseo en camello? Pensé yo. Dicho y hecho. Trayecto de una servidora a camello, con César vigilando porque el transporte no estaba siendo "muy estable", y Manu e Isaac de cámara y fotógrafo respectivamente para registrar el momento. No os voy a engañar y mi intranquilidad iba in crescendo a medida que el amable hombre que me ofreció el paseo iba más pendiente de captar al siguiente cliente que de guiar al paciente animal, pero durante unos segundos me di cuenta que delante de mi y desde lo alto del Monte de los Olivos, la vista de Jerusalén era simplemente espectacular.
Dominus Flavit, la Cúpula Dorada, el cementerio en uso más antiguo del mundo -nada menos que tres mil años de antigüedad-, contrastando con un muro "muy nuevo" dice Ofir "¿De qué año es?" preguntamos. "Es un muro otomano de hace 500 años". Evidentemente cinco siglos en Jerusalén no es apenas tiempo si lo comparamos con todo lo que hay detrás, históricamente hablando. Esta mezcla precisamente es la que crea un contraste de edificaciones conexas con miles de años de diferencia entre ambas, pero conservadas impresionantemente bien. A lo largo del Via Crucis -la ruta seguida por Jesús con la Cruz a cuestas hasta el Calvario- lo aprecias perfectamente y descubres las nueve estaciones de Via Dolorosa que te llevan hasta el Santo Sepulcro, allí se encuentran las otras cinco restantes, allí está la tumba de Jesús y allí vuelve la mágica mezcla israelí; la época de las cruzadas jugando con la historia bizantina, la mezcla de lo divino y lo humano, lo terrenal y lo celestial y todo ello, bajo un absoluto respeto del visitante y del fiel, pero eso sí, apretados como sardinas, para qué engañaros...
Es poco probable no desconectar de España con todo lo que oyes, ves, hueles y sientes en Jerusalén y digo poco, porque hoy ha vuelto a haber un detalle que nos ha devuelto a la "peculiar realidad política española" ¡De nuevo la situación actual en Cataluña! Ayer fue Igor, hoy Ofir. Éste último no preguntó desde la incredulidad, sino que constató una realidad y nos contó que durante los años que estuvo viviendo en Barcelona, él entendía perfectamente el catalán porque su ex suegra, de Lérida, no hablaba el español... Así lo contaba Ofir, un israelí que habla perfectamente tres idiomas: hebreo, inglés y español; un joven que se ha recorrido buena parte del mundo y que asegura "no comprender este tipo de situaciones". "Hay que sumar en lugar de restar" dice él, "cuánta razón tienes", pienso yo...
Y hablando de sumar y restar, en este caso los tiempos de la pauta del programa ¡Ya hemos realizado las pruebas de conexión con Madrid. Lugar de emisión, Punto Press -www.puntopress.org-, una agencia de comunicación en Jerusalén de Roi Bet Levi. El equipo está perfectamente preparado para el lunes poner "toda la carne en el asador", sin embargo hay un pequeño problema con la conexión que nos obliga a tener que quedar con un informático aquí. Es normal y no lo digo yo, lo dice Manu que lo estoy escuchando ahora mismo diciendo que "suelen cerrar determinados puertos", así que no os preocupéis que nos escuchamos el lunes. No os perdáis el programa porque de verdad, la calidad en el reparto de invitados que tenemos es altísima. Os garantizo que os trasladarán de tal manera hasta estas tierras y sus costumbres que cuando tengáis la oportunidad de venir a Jerusalén, será como si ya lo hubieseis visitado. Me ha faltado contaros un detalle importante sobre la "prudencia" al volante de los taxistas en Jerusalén, pero como prometí a Raúl no extenderme mucho -aunque hoy no sé si lo he podido cumplir- lo dejo para mañana.
Shalom Lehitraot!!