La defensa del traumatólogo Pedro L.P., que atendió a la joven gimnasta Desirée Vila, a la que acabaron amputándole una pierna y que ha sido condenado a dos años de cárcel y cuatro de inhabilitación profesional, anunció un recurso contra la sentencia que considera "desproporcionada".
El médico "no ha sido el responsable de la amputación y su actuación, además, nunca habría sido la causa eficiente del funesto resultado", según un comunicado facilitado por sus letrados.
Además de la prisión y la inhabilitación, el médico ha sido condenado a indemnizar con 2,1 millones de euros y pagar los gastos previsibles de asistencia y en el perjuicio patrimonial por incremento de costes de movilidad en las cantidades que se determinen a la joven gimnasta.
De estos importes responderán de forma directa, conjunta y solidariamente el traumatólogo, varias aseguradoras y, subsidiariamente, el centro médico El Castro de Vigo, donde ejercía.
En el comunicado remitido a Efe,la defensa señala el "alto contenido emotivo" de la situación que suscitó una "repercusión" que fue "hábilmente llevada por el entorno de la menor y por los querellantes", a lo que ha sumado una "defectuosa instrucción".
Critica, además, que el "desprestigio profesional" del traumatólogo y "el descrédito" del centro médico El Castro se vean acrecentados con "una fianza desproporcionada que los sitúa al borde de la ruina total".
No obstante, asegura que "lo que más ofende" es que no se hiciesen públicos los "desaciertos interpretativos" y "errores de diagnóstico y de tratamiento" de los profesionales que atendieron a la joven tras sufrir una caída durante un entrenamiento en 2015.
La joven, que tenía 16 años en el momento del accidente, fue trasladada días después al hospital Povisa, donde los médicos que la atendieron consideraron necesario amputarle la pierna.
Focalización
A pesar de que en la vista oral del juicio se detallaron estos pormenores, la defensa del médico critica la "focalización judicial", que centró la investigación en el centro médico El Castro y no en el resto de actores, como el club deportivo en el que entrenaba la gimnasta, el hospital Povisa, las compañías aseguradoras y otros actores.
Para la defensa, el traumatólogo ha sido el "cabeza de turco" en este asunto y alerta de la "indefensión" sufrida durante el proceso, apuntando, como ya hiciera en la vista oral del juicio, quela isquemia en la pierna se inició una vez la paciente fue trasladada a Povisa e incide en los "errores" en la práctica del cirujano vascular que la atendió.
Por todo ello, concluye que la sentencia emitida por el Juzgado de lo Penal número tres de Vigo, encargado del caso, "adolece de nulidad absoluta, es infundada en todos sus extremos y, además, aqueja una desproporcionalidad patente".