Unos cazadores han encontrado en la mañana de este jueves el cuerpo de Adrian Burlacu, el hombre de nacionalidad rumana que estaba siendo buscado por acuchillar a su expareja, la camarera de Santiago Elena Marcu, el pasado 16 de diciembre. La mujer murió dos días después. El hombre ha aparecido ahorcado y todo apunta a un suicidio. La Policía Nacional ya ha confirmado, tras analizar las huellas dactilares, la identidad del fallecido.
La persona que encontró el cadáver fue Julián Lema, un cazador natural de Ponte Ulla, parroquia del vecino municipio de Vedra. Julián se encontraba disfrutando de una jornada de caza junto a su padre. Cuando seguía el rastro de un jabalí llamó su atención una figura extraña. En un principio le pareció un espantapájaros; también pensó que se podía tratar de un muñeco utilizado en cualquier broma de los Santos inocentes, pero al acercarse comprobó que se trataba de un cadáver. Inmediatamente llamó a su padre, que se encontraba a unos metros, y juntos decidieron telefonear a la Policía (091).
El cuerpo de Adrian Burlacu estaba colgando con las rodillas a punto de tocar el suelo y con el cuello partido. Según las primeras exploraciones, y a falta de los resultados de la autopsia, los investigadores estiman que podría llevar entre 24 y 36 horas. Al personarse en la zona, los agentes de seguridad comprobaron que el coche que se encontraba apartado en una de las vistas que lleva al Pico Sacro, un Volkswagen Passat de color gris, pertenecía a la persona buscada por el asesinato de Elena Marcu, la camarera de la cafetería La Isla, ubicada en el ensanche compostelano.
Este mapa recoge la zona de monte que rodea al Pico Sacro, en la que ha aparecido el cuerpo de Adrian Burlacu.
Elena Marcu es la tercera víctima de violencia machista en Galicia en el año 2016. El viernes 16 sufrió una brutal agresión, presuntamente a manos de su pareja, Adrian Burlacu. Los vecinos avisaron a la policía y cuando los agentes entraron en el domicilio encontraron el cuerpo de la mujer en medio de un charco de sangre en el salón. Presentaba al menos tres puñaladas: en el abdomen, en la espalda y el cuello.
Aunque la mujer luchó por su vida durante dios días, el domingo 18 falleció, el mismo día que fue hallado muerta también otra víctima de violencia machista, Ana Enjamio.
El día en el que acuchilló hasta la muerte a su expareja, Adrian Burlacu también intentó acabar con la vida de su compañera de piso, que presenció la escena y salvó su vida al encerrarse en el baño: "Me queda una, me queda una", gritaba el agresor. Burlacu era un viejo conocido de las fuerzas y cuerpos de seguridad de Galicia, especialmente en la comarca do Deza. En su historial delictivo se encontraban casos de robos con fuerza e incluso un secuestro, por el que llegó a cumplir más de dos años en prisión.