El salario mínimo interprofesional (SMI) lo decide el Gobierno, que no lo paga, y lo acaban utilizando de referencia las empresas en los contratos a tiempo completo. Si les place. El reciente pacto entre Gobierno y PSOE que propició que su revalorización el año próximo en un 8%, de 52,40 euros al mes, es buena y bien recibida, aunque viene a dejar en evidencia el desplante de La Moncloa con el colectivo de quienes viven de una pensión. Porque a ellos, que cobran a través de una Seguridad Social que es de todos, le limita la subida al 0,25% el año próximo. Treinta y dos veces menos.
Al subir uno tanto, y el otro tan poco, las diferencias se acentúan. Son cinco millones las pensiones que, en toda España, se han situado así por debajo del SMI. Antes no llegaban a los cuatro millones y medio. Tras este movimiento, se ha sobrepasado la mitad de las que no alcanzan ese nuevo umbral de los 707,60 euros. El 51% se están en el rango inferior a esos algo más de 23 euros al día a los que asciende el salario mínimo 2017.
Claro que, si en el conjunto del Estado se produce esta situación... ¿qué no pasará en Galicia, donde se registran las pensiones más bajas de España, con permiso de Extremadura? Si la media para los gallegos se situó en 767,43 euros, para los extremeños se quedó en 757,34. Cualquiera a años luz de los 910 euros al mes del conjunto del sistema.
Pero para no hablar de medias, donde la prestación en Galicia ya está apenas a sesenta euros del dato nacional, realizamos el análisis por tramos de mensualidad. Ahí constatamos que casi 485.000 de los más de 756.000 perceptores de prestaciones de todo tipo en la comunidad, el 64%, cerca de dos tercios ya, no alcanzan ese listón de los 23 euros diarios que establecerá desde el 1 de enero el sueldo mínimo en vigor.