El déficit generado por los despilfarros y la pésima gestión institucional han convertido a la Diputación de Pontevedra en un símbolo de excesos. El ente provincial que preside Rafael Louzán es el más endeudado de las cuatro diputaciones gallegas. Tanto desmadre en las cuentas no han impedido un derroche más: el nuevo estadio de Pasarón. Unas obras que han generado un sobrecoste del 148% desde el proyecto inicial -en 2006-, al pasar de los 7,2 millones de euros a los 17,9 actuales. La aventura de Louzán le ha supuesto el ante provincial un incremento de costes del 18,50% cada año. Un claro ejemplo de este despropósito es que de los 30 millones de euros destinados este ejercicio a planes de inversión en los municipios, solo el sobrecoste de las obras de Pasarón supone un 35%. Como en otros casos, Louzán no ha dado explicaciones de este desmadre despilfarrador, y poco claro.
Han pasado ocho años de polémica. Y todo indica que esto continuará. Tanto desmadre en las cuentas de las instituciones públicas no ha tenido respuesta alguna por parte de los diferentes estamentos judiciales. El caso es que los despilfarros, con el dinero de todos los contribuyentes, no tienen fin.
Sobrecoste del 148%
La Diputación de Pontevedra -sobre todo su presidente, Rafael Louzán- no ha dejado de estar en el ojo del huracán por la falta de transparencia en muchas de las iniciativas que emprende. Una ellas, quizás la más polémica por todo su oscurantismo, es la construcción del nuevo estadio de Pasarón. Una obra adjudicada en el año 2006 y que le ha supuesto a las arcas del ente provincial sobrecoste del 148%.
De los 7,2 millones presupuestados cuando fue adjudicada la obra a la empresa Oreco, la actual fase de ejecución está en los 17,9 millones de euros. Es decir, que en estos ocho años se ha producido un sobre coste del 148% inicial. Pero si le sumamos los 7,2 millones de la adjudicación, el sobrecoste alcanzaría el 248%. Una desproporción, sin precedentes en los últimos tiempos, que necesita de muchas aclaraciones por parte de Louzán. Y también muchas investigaciones por parte de quien corresponda.
Lo que antes era considerado coloquialmente un engaño y un abuso, ahora se ha convertido en una gran preocupación. Sobre todo por la poca transparencia de los actuales gobernantes.
En estos últimos ochos años, las obras de Pasarón -sin acabar- han supuesto un sobrecoste anual del 18,50% al ente provincial. Pero ni Rafael Louzán ni su equipo de gobierno han dado ningún tipo de explicación a este desmadre.
Y todo esto sucede en la Diputación gallega más endeudada. El ente que preside Rafael Louzán ha cerrado el ejercicio de 2012 con una deuda de 91 millones de euros. Si bien es cierto, según Louzán, que el año 2013 se cerraría con unos números rojos de 68 millones de euros.
Demasiadas cosas oscuras
Con un presupuesto de 146 millones de euros, uno de los capítulos más importantes es el de planes de inversión en los municipios de la provincia, al que se han destinado 30 millones de euros.
Pero tanto desmadre en las cuentas no impide que existan comparaciones que, por su gravedad, deberían ser explicadas. Por ejemplo, el sobrecoste de las obras de Pasarón supone un 35% de la partida destinada a la inversión en los municipios. Es decir, que junto con el presupuesto inicial aprobado -7,2 millones de euros- suponen el 59% de los 30 millones de euros que la Diputación de Pontevedra destina este año a los concellos de la provincial.
A pesar de lo cual, Louzán insiste en alcanzar el déficit cero en 2018. Pero lo que quiere presentar como un modelo de gestión tiene demasiadas cosas oscuras que algún día saldrán a la luz.