Álvaro Moreno, capitán de la unidad de crimen organizado de la Guardia Civil, ha relatado en esRadio cómo fue el rescate de la niña española de 9 años secuestrada en la selva de Bolivia. "Ha sido una odisea, ha costado mucho esfuerzo trabajar en un país como Bolivia", ha subrayado.
El secuestrador "vino a España cuando fue expulsado de la zona selvática en la que vivía por violar a dos de sus hermanas", ha contado Moreno. Por este hecho fue encarcelado pero "salió de la cárcel por la presión de su madre y tras la retirada de la denuncia de sus hermanas".
Al llegar a España "se ganó la confianza de unos vecinos marroquíes asegurando que se había convertido al Islam". Tanta era la confianza que "cuidaba de sus hijos". Pasados los meses, ha proseguido el capitán Moreno, "les comentó que quería ir a Bolivia a pasar una semana de vacaciones y que, como tenía buena relación con la hija, le gustaría que fuera con él".
El capitán de la Guardia Civil ha explicado que para sacar a un menor de un país hace falta un acta notarial, "algo que hizo firmar a los padres para poder llevársela". Sin embargo, "a los pocos días los padres presentaron una denuncia por secuestro cuando dejaron de recibir llamadas".
Rescate en plena selva
El primer paso, ha apuntado Álvaro Moreno, era "conseguir la autorización de Bolivia, algo que ha sido muy complicado porque no están acostumbrados a que vengan policías de otros países". Finalmente el cauce fue a través de la "Fiscalía General del Estado que convenció a la Fiscalía boliviana".
Una vez en Bolivia empezaron a seguir las pistas. El secuestrador "se había escondido en una zona selvática que las autoridades no tienen control efectivo" sino que son "los jefes de los sindicatos los que controlan las plantaciones cocaleras".
Previamente "había pasado por la ciudad de Cochabanba para intentar cambiarle la identidad por la de una sobrina suya". De hecho, "en público la llamaba por el nombre de su sobrina" pero levantaba sospechas porque "hacía vida matrimonial".
El capitán de la Guardia Civil ha contado que "el proceso fue muy duro porque se ha producido durante la época de abundantes lluvias en las que había numerosas riadas con muertos". "Llegamos a temer por la menor". Cuando por fin conocieron dónde se escondía, "el problema es que estaba a 18 horas caminando desde el último punto que podías ir en coche".
Tras adentrarse en la selva, la Guardia Civil tuvo que volverse porque "el desbordamiento de un río había destruido el único puente". La opción era entonces ir "en helicóptero". Los agentes españoles llegaron in extremis porque "los lugareños le dijeron que estábamos preguntando por él y le dijo a la niña que al día siguiente que se iban a cambiar de lugar".
Sin embargo, "en esa madrugada pudimos convencer a los jefes sindicales de que nos dejaran entrar sólo a por la niña". "Imagínese la cara de la niña cuando nos vio y nos escuchó", le ha dicho a Dieter Brandau en Es la Tarde. La niña "llevaba 8 meses sin escuchar hablar castellano porque en esas zonas hablan quechua". A la pequeña "se le cayeron las lágrimas y se fundió en un abrazo con nuestros agentes".
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