Encarna Jiménez nos cuenta la historia de este pueblo segoviano de 1.300 habitantes, un lugar privilegiado para los amantes de la naturaleza y la historia. Situado a 60 Km. de Segovia, es un destino recomendado para el viajero que disfruta del arte y los paseos instructivos en un paraje espectacular. Junto a Sepúlveda podemos visitar el Parque natural de las Hoces del Duratón.
La historia de este pueblo castellano proviene de una población de origen celta. En época romana se ubica cerca de Duratón. Conserva restos visigodos, incluídos los de San Frutos, eremita segoviano que junto a sus hermanos S. Valentín y SantaEngracia, homónimos de los mártires de época romana de Roma y Zaragoza, son venerados en estas tierras.
Su importancia estratégica comienza en la Reconquista, con Fernán González. Almanzor lo recupera para el Islam y vuelve a ser cristiano con unos fueros de repoblamiento que son modélicos. Pasó a Aragón unos años con Alfonso I, tras vencer a su mujer Doña Urraca. Fue lugar amurallado, con muchas iglesias y casas nobles y en la Guerrade la Independencia plantó cara a los franceses con El Empecinado. Un hijo destacado de la villa fue el torero Victoriano de la Serna.
Qué visitar, por Encarna Jiménez
Entre sus iglesias románicas destaca la de El Salvador, situada en la parte más alta. Es la más pura, con su atrio longitudinal como la de S. Esteban de Segovia. La de los Santos Justo y Pastor del XII, ahora Museo de los fueros, tiene tres naves y una cripta de gran interés. Aquí podemos recorrer la historia de Sepúlveda a través de piezas arqueológicas y documentales, más algunas joyas artísticas.
S. Bartolomé es otro de los templos de origen medieval recomendable y la de Santiago está adaptada para servir de introducción a las visitas al Parque Natural. Allí se informa, difunde y muestra lo que significa este Parque. La Plaza Mayor y algunas casas nobles en recoletas calles empedradas, redondean una visita de aire medieval con aroma de cordero asado.
Fuera del casco de la villa hay que visitar la Virgende la Peña, talla románica en una ermita con vistas espectaculares; también el monasterio eremítico de San Frutos; la necrópolis visigoda de Los Mercados, con más de 600 enterramientos y la cueva de los Siete altares en maravillosos parajes.
Para ir de compras Encarna nos recomienda la panadería La Plaza, situado como su propio nombre indica en la plaza, donde podemos adquirir roscas, hojaldres, ponche de Sepúlveda –bizcocho borracho con relleno y recubrimiento de almendra- y otras pastas. Los amantes de la piedra, la caliza rosada que ha dado tantos canteros en Sepúlveda, pueden dirigirse a Juan Emilio Cristóbal, que la sigue trabajando. La artesanía más manejable la encontramos en La Almoneda, en la plaza mayor y El Herrerillo, para cerámica y barro, en la Calle Sancho García.
Dónde comer, por Víctor de la Serna
Esta ciudad medieval es famosa por su cordero asado, el río Duratón con sus hoces, o el vino de la Ribera, "esta ciudad no necesita otra cosa que no sea nombrar restaurantes para disfrutar del lechazo" ha señalado Víctor de la Serna.
Figón de Zute el Mayor ‘Tinín’: Situado bajo los mismos soportales desde hace nada menos que 150 años. El lechazo asado en horno de leña con bóveda de adobe es "sencillamente espléndido".
Figón de Zute el Menor: Escisión del otro Zute, en manos de otra rama de la misma familia y con la misma oferta inmutable: ensalada y lechazo.
Cristóbal: Este restaurante tiene una oferta más amplia, desde las anchoas en salazón con huevas de trucha hasta los platos de bacalao, pasando lógicamente por el tradicional lechazo asado, "que sino le echan a gorrazos de Sepúlveda" ha bromeado de la Serna.
Para beber, Víctor nos recomienda el clarete de Aranda de Duero en jarra de barro. Pero cerca está Valtiendas, pueblo dejado fuera de la Denominación de Origen, "incomprensiblemente" según nuestro colaborador, ya que allí hay siete bodegas que producen tintos muy interesantes, entre los que destacan el Vennur de Bodegas Zarraguilla y el Duratón Syrah de Altos del Duratón.
Dónde dormir, por Pedro Madera
1.- HOTEL PUERTA DE SEPULVEDA
Cl. Alfonso VI, 35
40300 Sepúlveda. Segovia
Tlf: 921 540 365
HABITACIONES: 11
PRECIO: HD desde 87 € desayuno eIVA incluido
Este hotel se encuentra en las afueras de la localidad. El edificio inaugurado en 2003 predomina en piedra y madera. Las habitaciones están completamente equipadas y decoradas de forma diferente. "Es un sitio perfecto para descansar", según Pedro Madera "dónde la decoración rural y su ambiente acogedor proporcionan una tranquilidad confortable". Buen restaurante de cocina regional
2.- HOTEL VADO DEL DURATON
Cl. Santos Justo y Pastor, 10
40300 Sepúlveda. Segovia.
Tlf: 921 540 813
HABITACIONES: 22 PRECIO: HD desde 66 €
Situado en el casco viejo ocupa una antigua casa de tres plantas cerca de la iglesia de San Justo y Pastor. "Es una zona tranquilla que goza de un ambiente agradable gracias al trato cordial y profesional", ha señalado Madera que ha destacado la fusión de "la decoración moderna y correcta junto con el Restaurante El Fogón del Azogue, con cocina tradicional castellana".
3.- POSADA RURAL SAN MILLAN
Cl. Del Vado, 12
40300 Sepúlveda. Segovia.
Tlf: 646 840 483
HABITACIONES: 8
PRECIO: HD desde 78 € incluye desayuno e IVA
Situado en el casco histórico de Sepúlveda ocupa una casa románica del siglo XI. Es uno de los edificios más antiguos de la villa con fachada románica del siglo XII y patio porticado del siglo XV, con antiguas columnas y balcones de madera. Pedro Madera ha señalado que "es un sitio que merece la pena visitar aunque no se hospede allí". Proporciona tranquilidad y descanso ofreciendo habitaciones amplias y un bonito jardín. También es destacable la cocina tradicional castellana de su restaurante.
4.- HOSTAL RURAL EL MIRADOR DEL CASLILLA
Conde de Sepúlveda, 26
40300 Sepúlveda. Segovia
Tlf: 921 540 172 / 921 540 353
HABITACIONES: 13 PRECIO: HD desde 45 € / día.
Se encuentra en el centro histórico de la villa, cerca de la plaza de Santiago en la calle histórica donde se hayan el Palacio de González de la Oliva o la Casa de los Saledizos.
El trato es amigable y cordial con una decoración sobria y castellana. Las habitaciones son confortables con una equipación sencilla. Buena relación calidad precio. El restaurante El Alfoz.