La crisis sanitaria que estamos viviendo nos ha enseñado que la responsabilidad, tanto individual como colectiva, constituye una de las principales herramientas para hacer frente a la pandemia que tanto ha trastocado nuestras vidas desde todas las perspectivas. Cumplir a pies juntillas las recomendaciones de las autoridades nos ayudará a proteger nuestra propia salud y la de los demás, y a recuperar, más pronto que tarde, la tan ansiada normalidad.
Por su parte, gestionar los recursos de una forma responsable y consecuente, también contribuirá a preservar el entorno, nuestro bienestar y, por supuesto, la economía.
Compartimos pequeños gestos y buenas prácticas a aplicar en el ámbito familiar
EN LA COMPRA:
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Revisa primero la despensa, la nevera y el congelador. No acumules artículos sin más. Presta atención a la fecha de caducidad y a la fecha de consumo preferente. Coloca delante, y en un lugar visible, los productos perecederos que deben ser consumidos antes. Mantén el orden, ya que resulta imprescindible para evitar el desperdicio.
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Haz una lista de lo que verdaderamente necesitas y cíñete a ella. No sucumbas a la publicidad con la adquisición de cosas que no precisas. Analiza las ofertas. No es oro todo lo que reluce.
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Evita los sobreenvasados. No compres residuos.
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Los alimentos feos son igual de sabrosos y nutritivos que los guapos. Dales una oportunidad. Descartarlos por razones estéticas es una sinrazón.
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Opta por productos de proximidad y de temporada. Su coste es menor, propicias una disminución de las emisiones de CO2 derivadas del transporte y, muy importante, contribuyes a la economía local.
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Recuerda llevar el tradicional carrito de la compra o la bolsa reutilizable de casa. Descarta las bolsas plásticas de usar y tirar.
EN LOS DESPLAZAMIENTOS
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¿Puedes ir a tu destino caminando o en bicicleta? Ni lo pienses. No solo evitarás la contaminación, sino que harás ejercicio y mejorarás tu salud.
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En trayectos largos, opta por el transporte público que, además, cuenta con una ventaja adicional: no tendrás que molestarte en buscar aparcamiento.
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¿Que no te queda más remedio que utilizar el vehículo particular? Pues aplica una conducción eficiente y compártelo.
EN EL HOGAR:
◊ El agua:
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Ducharte en lugar de bañarte puede suponer un ahorro de más de 60 litros.
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No dejes correr el agua sin más: cierra los grifos mientras te enjabonas en la ducha o lavas los dientes.
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Coloca ahorradores de agua en los grifos, la ducha o en las cisternas del WC. Podrás disminuir hasta un 50% el consumo de agua.
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Ojo con las fugas. Se estima que un grifo que gotea desperdicia unos 30 litros de agua al día.
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El fregadero no es un vertedero. Retira los residuos más abundantes de platos, sartenes y ollas antes de lavarlos.
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Pon a carga completa la lavadora y el lavavajillas. Cuando lo hagas a media carga, utiliza siempre los programas económicos.
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El inodoro no es una papelera y los desperdicios que tires por ahí pueden provocar grandes problemas en las plantas depuradoras, ríos y océanos.
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Separa los residuos en origen y deposita cada fracción en el contenedor correspondiente: amarillo, para envases de plástico, latas y briks; azul, para papel y cartón; iglú verde, para los envases de vidrio; verde genérico, para los desechos no reciclables. El reciclaje y, por tanto, sus beneficios, solo es posible con tu colaboración.
◊ La luz:
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Abre las persianas durante las horas de sol para aprovechar el calor y ciérralas durante la noche para que no se pierda
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Aprovecha al máximo la luz natural. Una buena forma es pintar las paredes de las casas de color claro, ya que reflejan más la luz y aumentan la luminosidad.
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Mantén limpias las lámparas y las pantallas. Conseguirás incrementar la luminosidad, sin aumentar la potencia.
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Utilizar bombillas LED para aquellas lámparas que estén encendidas más de 4 horas al día. Para el resto de luminarias, opta otro tipo de bombillas de bajo consumo. Si bien es cierto que son más caras que las tradicionales, consumen un 10% menos y duran 8 veces más.
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El mantenimiento de los electrodomésticos es fundamental. Limpiar el serpentín o eliminar el hielo de la nevera constituyen gestos que reducen enormemente el consumo y alargan su duración.
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Tiende la ropa y aprovecha las horas de sol en vez de abusar de la secadora.
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No dejes los pilotos en "Stand By" (modo de espera) enchufados. Utilizando regletas de enchufes con interruptor, podrás ahorrar un coste innecesario en la factura eléctrica.
◊ La temperatura:
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Procura aislar adecuadamente las paredes, techos, ventanas o tuberías. Analiza los puntos de pérdida: marcos de puertas y ventanas, huecos de las persianas.
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Es importante que únicamente calentemos las habitaciones que se utilizan.
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Utiliza la calefacción sólo cuando tengas frío. Si es individual, regula el termostato a 20º C para no sobrecalentar la casa.
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En verano, la temperatura de confort se sitúa alrededor de los 25ºC. Todo grado de menos incrementa enormemente el consumo eléctrico.
◊ La cocina:
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Congela los alimentos antes de que se estropeen.
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Tapa las cacerolas durante la cocción y baja al mínimo el fuego una vez que comiencen a cocer.
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Para comidas que deben estar más de una hora al horno, no necesitas precalentarlo.
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Ajusta las raciones de los menús al número de comensales. Aprovecha las sobras de las comidas y elabora nuevas recetas gastronómicas.
EN TIEMPO DE OCIO
Existen muchos hobbies que puedes realizar de forma muy económica. Busca el que más se adapte a ti:
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Practica algún deporte (ya sea salir a correr, hacer senderismo, montar en bicicleta, etc).
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Incluye la lectura en tus hábitos. Además de potenciar la cultura, es un buen antídoto contra la rutina, ayuda a evadirse de la vida cotidiana y a reducir el estrés.
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Fomenta la creatividad con materiales de desecho. Puedes fabricar objetos prácticos y de utilidad a partir de residuos. También obras de arte, elementos de decoración, etc. Las posibilidades son infinitas. Los residuos tienen un gran potencial y son una importante fuente de recursos.
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Si se rompe algo, no lo tires. Intenta repararlo. Te sorprenderá todo lo que puedes llegar a hacer.