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Tiranía de los imbéciles

La podemita Carmen Santos ha entrado en la carrera de otros compinches de su partido, la de un tal Guillermo Zapata y la de una tal Rita Maestre.

Apenas ha iniciado su andadura institucional, con gestos o amagos de transparencia y acercamiento a la calle, y ya su trabajo como diputada autonómica pasa sin pena ni gloria. Es la gran abandonada por todos. Los que antes la apoyaban son los que ahora la odian. Es una incógnita lo que le pasa a esta política, con apariencia de bonachona, pero que tiene muy mala leche. Pues sí, nos referimos a la secretaria general de Podemos Galicia, Carmen Santos. Cuyo apellido, por cierto, no encaja con el personaje. Todo lo contrario.

Esta política ha entrado en la carrera con otro compinche de partido, un tal Guillermo Zapata. Sí, el mismo que se dio a conocer con los tuits que escribió años atrás vejatorios para las víctimas del terrorismo y el Holocausto judío y otras inocentes cruelmente asesinadas. Y Santos también quiere parecerse a la portavoz podemita en el Ayuntamiento de Madrid. La tal Rita Maestre, la misma que asaltó una capilla en la Complutense, se puso medio en bolas y profirió todo tipo de insultos contra los allí reunidos y la religión que profesan. Nada pasó. Es libertad de expresión. Porque así actúan algunos miembros de la Justicia.

Santo escribió: "Hoy todas en lucha feminista. Reivindicamos que no nos maten señores del PP de Galicia. Politizáis con pasividad", rezaba el tuit. El PP exigió, cuando menos, unas disculpas. Pero ni por esas. El portavoz del grupo parlamentario de En Marea -al que pertenece Podemos- rechazo, en tono jocoso, alimentar polémicas "interesadas" por escribir mal una coma en un tuit. Pero el portavoz, un tal Villares, no es un político cualquiera; es un magistrado del TSXG en excedencia. Es lo mismo. Vamos camino de la tiranía de los imbéciles.

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