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Otra de Noriega

En lugar de nuevas ocurrencias, el llamado "alcalde del cambio" debería de tratar de solucionar los problemas que tiene Santiago, que son muchos.

Noriega ha abierto un debate en Santiago y, aunque no existe todavía un consenso con sus otros dos colegas de Coruña y Ferrol, el alcalde compostelano reflexiona en voz alta sobre la imposición de una tasa para los turistas que pernocten en la capital gallega. Su objetivo es finalista, pues el dinero recaudado se destinaría únicamente a la promoción de la ciudad o, en cualquier caso, a la mejora de sus monumentos y servicio.

Solo cuatro alcaldes gallegos estarían dispuestos, con ciertos matices, a aprobar esta cuestión y poner a rodar el debate público necesario para adoptar una decisión.

La iniciativa, discutida y cuestionada, llega en un momento en el que la credibilidad del alcalde santiagués no está en un momento dorado. Enfrentado con todo y contra todos, pasan los días y no se reparan los baches, la ordenación del tráfico es caótica, lo mismo que los problemas de los sin techo en el casco viejo y un sinfín de cosas más, baten récords en la mala gestión que se hace desde Raxoi.

Noriega debería solucionar estos y otros problemas que tiene la capital gallega y, luego, buscar buenas perspectivas en conseguir nuevos mercados y captar nuevos turistas, consciente de que el turismo es parte del motor económico y clave para Compostela.

La falta de diálogo con la Administración gallega, de la que recibe buenas subvenciones en la materia, no justifica la intención de Noriega de querer imponer una tasa turística. Innecesaria, mírese como se mire, en vez de esta salida desmedida, el alcalde debería tratar de solucionar los serios problemas que tiene Santiago. Que son muchos.

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