En los tiempos que corren es difícil sorprenderse por algo que dicen o hacen nuestros representantes. El inmaculado partido de Rivera quiere crear un impuesto canino y prohibir el acceso de perros a la milenaria muralla romana lucense. Es como culpar a los canes de las cagadas explayadas por Ciudadanos en toda Galicia.
Otro político dice que tuvo la visión de que algún día sería el alcalde de su ciudad. La iluminación le llegó en edad temprana: el día de su cumpleaños la regalaron 27 soldaditos de hojalata. Al niño le metieron en la cabeza que los soldaditos eran todos hermanos, porque habían sido confeccionados con la misma hojalata y pintados con el mismo bote de pintura. Todos se mantenían en posición de firmes, con sus fusiles al hombro mirando al frente y luciendo elegantes uniformes. Lo del color es lo de menos. A día de hoy, son los recuerdos del niño Gonzalo.
Pero, a vece, los sueños son peligrosos. Lo dicen los mejores doctores en la materia. Por eso, aconsejan alejarse o tratarse de ciertas fantasías, que pueden empujar a situaciones irreversibles.
Verán. El mismo día de conocerse los resultados de las últimas elecciones municipales Pérez Jácome se autoproclamó alcalde de Ourense. En esa paranoia vive hoy. Y Jácome, que quiere cumplir su sueño, presentó una moción de censura para derrocar al alcalde.
Pero el niño Gonzalo no se ha enterado de que sus 27 soldaditos de hojalata realmente son 8. Eso no se lo contaron en su cumpleaños. Quizás, a Jácome, en su próxima onomástica le regalen el ‘Tambor de hojalata’. Una brillante obra. Y si se atreve a leerla comprenderá la realidad y dejará la política.