Su sobrenombre es lo suficientemente elocuente como para proporcionar una idea de la violencia y variedad de las fechorías que se le imputan: O Bicho, el individuo más buscado de Vilagarcía, fue capturado el viernes por la noche en las inmediaciones de una caseta de Cea donde, por lo visto, había establecido uno de sus refugios. Junto a él se encontraba otro sujeto que, de acuerdo con los datos que manejan los investigadores, le acompañaba en sus correrías. Ambos son los presuntos autores de una veintena larga de asaltos, robos y allanamientos de carácter grave a lo largo y ancho de la comarca de O Salnés, a los que se suman ocho acusaciones por delitos considerados leves. Su caída es fruto de una operación conjunta entre el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil.
Aunque el rastro que seguía la Comisaría arousana se remonta bastante más atrás en el tiempo, la particular leyenda de O Bicho se forjó para el gran público el 25 de agosto. Aquella noche, viéndose acorralado, forzó a patadas el portal número 22 de la calle Celso Emilio Ferreiro y subió hasta su azotea para protagonizar una espectacular fuga de tejado en tejado. Para evitar males mayores, ya que el tipo se había introducido a golpes en otro bloque de viviendas, los agentes que le pisaban los talones decidieron esperar. Finalmente, pudo escabullirse de madrugada.
Comenzó así una especie de juego del gato y el ratón que llevó a O Bicho a instalarse durante algunos días en un apartamento, ubicado en pleno centro de la capital arousana, y a actuar con cierto desparpajo en las ocasiones en las que se dejaba ver. Que la policía le siguiese los pasos no constituyó inconveniente alguno para que el sujeto llevase a cabo incursiones en concellos como A Illa, donde llegó a ser interpelado por la Guardia Civil. El hombre tuvo la habilidad de proporcionar a los agentes el nombre y los apellidos de uno de sus hermanos para evitar ser identificado y detenido en aquel momento.
A O Bicho y a su compinche se les atribuyen una verdadera oleada de robos en todo tipo de locales. Desde viviendas y bares hasta iglesias como la de Cea, pasando por máquinas expendedoras. "Los presuntos delincuentes -indican fuentes oficiales de la Policía Nacional- actuaban con gran rapidez, precisión y violencia, forzando, sobre todo, las cajas de caudales, máquinas recreativas y expendedoras que encontraban a su paso".
Dispuestos a escapar a tiros
En una de esas andaban, reventando las máquinas de un punto de venta en la calle Fontecarmoa, cuando fueron sorprendidos por una patrulla de la Policía Local, el 23 de noviembre. O Bicho no dudó en empuñar lo que parecía un arma de fuego para abrirse paso, provocando junto a su compañero múltiples daños en los vehículos que dejaban atrás.
La garrafa de la fortuna se agotó el viernes. Tras localizar su paradero en Cea, la Comisaría de Vilagarcía solicitó la intervención del grupo de operaciones especiales de la Jefatura Superior de Policía de Galicia. Ninguno de los dos individuos pudo dar esquinazo esta vez a un dispositivo en el que colaboró la Guardia Civil. Ambos fueron enviados a prisión por la titular del Juzgado de Instrucción y Primera Instancia número 1 de la ciudad.