Los grandes veleros de la sexagésima edición de la Tall Ships Races se han despedido de Coruña entre sol y nieblas, lo que retrasó una hora el desfile de las embarcaciones, pero el clima fue condescendiente y dio una tregua justo a tiempo para que desde diferentes puntos de la costa pudieran verse estos impresionantes navíos.
La intensa niebla, que el ya sábado había empañado la Batalla Naval de Coruña, se mantuvo en la ría en la mañana dominical, lo que obligó a la organización a aplazar una hora la salida de la llamativa treintena de barcos que compitieron en la regata y que estuvieron fondeados en el puerto coruñés desde el jueves, día en que se inauguró el evento, que tenía como atractivo el hecho de que se pudieran visitar los barcos de forma gratuita.