La delegada de la Xunta en Vigo, María José Bravo Bosch, ha confirmado este lunes que no dimitirá de su cargo, tras conocerse que el Juzgado de Instrucción número 7 de Vigo la ha imputado en la denominada operación Patos, sobre presuntas irregularidades en la adjudicación de contratos y obras públicas.
En declaraciones a los medios durante una visita a Nigrán, la delegada ha reconocido que su permanencia en el cargo no depende en última instancia de ella misma (ya que no se trata de un cargo electo y fue designada directamente por el presidente de la Xunta). "No depende de mí, pero en lo que depende de mí, que sería dimitir, no lo voy a plantear", ha señalado.
Bravo Bosch ha recalcado que está "tranquila" ante esa imputación, que ha recordado que aún no le ha sido notificada, y ha explicado que se defenderá "donde corresponde" con "todo rigor, de frente, con seriedad y con la verdad". "No me planteo dejar el cargo, pero no depende de mí. Tengo muy claro que tenemos cero responsabilidad y cero culpabilidad, y nos vamos a defender, aclarando cada conversación y cada cosa que voy leyendo por la prensa", ha incidido.
En todo caso, como jurista, ha recordado que "en este país, estar imputado es ser investigado, o ser testigo acompañado de un abogado". "No es más. Hacerme culpable de algo que no me siento ni soy, unos días me gusta más y otros me gusta menos", ha ironizado, al tiempo que ha confirmado que no ha mantenido "ninguna conversación" con Feijóo sobre dejar su cargo.
María José Bravo Bosch ha lamentado que "el poder mediático sigue inflando" lo relativo a su supuesta implicación en la operación Patos, y ha recalcado que el Consorcio del Casco Vello que ella preside adjudicó "cero euros, ni uno ni dos ni tres" a la constructora Eiriña, una de las principales investigadas.
"Dar la cara" por los funcionarios
En cuanto a las presuntas irregularidades en obras que dependen de la Consellería de Traballo, la delegada ha explicado que ella desconoce la tramitación administrativa de las mismas. En todo caso, ha subrayado que confía "plenamente" en todos los funcionarios y que va a "dar la cara" por todos ellos, porque cree que "han hecho lo que es correcto".
"En el peor de los casos, la Xunta tendría un 12 por ciento de obras (con Eiriña). De ahí a decir que la influencia (del dueño de la constructora) en la delegada es brutal... es atrevido", ha sentenciado.
María José Bravo Bosch ha vuelto a insistir en que está "muy tranquila", y ha expresado su deseo de que "se respeten la presunción de inocencia y los tiempos". "Cuando tú estás convencido de lo que has hecho, y encima le dimos cero euros del Casco Vello...estoy más que asombrada", ha repetido.