"Los sistemas de información tecnológica son básicos para poder tomar decisiones". Así se pronunció Fernando Asperilla, jefe del Servicio de Planificación, Prevención e Información de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas, durante su participación en la mesa redonda sobre el uso de las TIC en la gestión de residuos. Este curso, que bajo el marco sobre la gestión de residuos, se ha celebrado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en Ourense, y que contó con la colaboración de Sogama y la Diputación Provincial, tuvo lugar una interesante mesa redonda sobre el papel de las nuevas tecnologías de la información en el sector que, moderada por Isidro García, director general de Sogama, contó con la participación de Fernando Asperilla, jefe del Servicio de Planificación, Prevención e Información de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas, Miguel Varela, Socio-Gerente de la firma Teimas Desenvolvemento, S.L, y Gloria Fuenmayor, Directora de Calidad y Laboratorio de Sogarisa.
De SIRGA a GAIA
El representante de la consellería recordó los objetivos y logros alcanzados en su momento por el Sistema de Información de Residuos de Galicia (SIRGA), que permitió agilizar los trámites administrativos conforme a una determinada normativa, mejorando la calidad de la información, así como la reducción del uso de papel.
Con los cambios legislativos y la adaptación de novedosas figuras a la Ley de Residuos, emergió la necesidad de crear nuevos módulos para el soporte de la información de actividades de gestión en Galicia, quedando el SIRGA tecnológicamente obsoleto. En este marco, y debido a que los datos medioambientales de las empresas se encontraban dispersos en numerosas aplicaciones, dificultando con ello el conocimiento de la situación por parte de la Administración, se planteó la conveniencia de poner en marcha la Plataforma Gallega de Información Ambiental (GAIA), desarrollada para la Agencia de Modernización Tecnológica de Galicia (AMTEGA), y cuyo objetivo no es otro que crear un único punto de acceso para que las compañías puedan cumplir con sus obligaciones en materia ambiental frente a la Xunta de Galicia, configurando así el diseño de un nuevo sistema que atendiese las necesidades reales de los usuarios y de la Administración.
A través de más de un centenar de encuestas se dieron a conocer las fortalezas y debilidades del SIRGA, encontrándose, entre las primeras, la posibilidad que el sistema ofrece a la hora de agilizar los procedimientos administrativos y abaratar costes, y, entre las segundas, el hecho de que se circunscriba a los traslados de residuos peligrosos dentro de Galicia, no entre comunidades autónomas.
El objetivo, según Asperilla, es que a partir del 1 de septiembre el sistema SIRGA desaparezca.
Baja implantación de las TIC en el sector
Por su parte, el portavoz de Teimas, única empresa tecnológica de España especializada en el sector de los residuos, calificó a GAIA como un proyecto ambicioso que situará a Galicia a la cabeza de las TIC, al tiempo que se refirió al proyecto Teixo como un software disponible en internet que ya está siendo utilizado por unos 150 centros de España.
Recordó que, a día de hoy, en nuestro país hay 200.000 empresas que producen desechos industriales y peligrosos, 100.000 firmas logísticas autorizadas y 5.000 instalaciones para la gestión de residuos, siendo 18 las administraciones competentes en la materia.
A juicio de Miguel Varela, la implantación de las TIC en este ámbito profesional y de actividad es todavía muy baja debido a que se trata de un sector tradicional y poco tecnológico, además de pequeño y heterogéneo, que está afectado por gran cantidad de legislación, careciendo de software específico y asequible. De hecho, tal y como confirmó, menos del 10 por ciento de las empresas tienen soluciones software especializadas y sólo el 60 por ciento de las Administraciones Públicas disponen de herramientas de desarrollo tecnológico, circunstancia que limita el control de la trazabilidad de los residuos.
Con el objetivo de avanzar en esta cuestión, Varela propone varias líneas de trabajo, entre las que cabría reseñar la necesidad de que evolucione el lenguaje para soportar los cambios normativos y nuevos flujos de intercambio de información ambiental; que las Administraciones públicas se doten de herramientas TIC y que el sector privado se modernice con la adopción de las mismas, aumentando con ello la competitividad y la disminución de costes operativos; y que se implante la sensorización y el etiquetado inteligente, necesarios para el control de la trazabilidad y la optimización de rutas logísticas, así como la corriente Smart para captar, almacenar, presentar y procesar grandes cantidades de información.