El termalismo y Ourense son sinónimos, y la provincia termal está preparándose para recibir la alta velocidad, con la que se ganará en competitividad y acercamiento. Así definía el presidente de la Diputación ourensana, Manuel Baltar, el futuro inmediato para la provincia y el termalismo. Un sector que, según el propio Baltar, será la fuerza motriz de Ourense, parafraseando a Leonardo da Vinci cuando afirmó que el agua es la fuerza motriz de la naturaleza. Y es que Ourense es la capital termal por excelencia, donde se fusionan tradición, modernidad y respeto por el entorno. El termalismo es el turismo de calidad y salud, y solo Budapest supera a Ourense en número de reservas.
La red de balnearios y piscinas naturales convierten a la provincia ourensana en un espacio ideado para el turismo natural que, además, genera negocio y empleo. De hecho, actualmente se contabilizan más de una veintena de balnearios en Galicia con un volumen de negocio que supera los 60 millones de euros y que generan más de 1.400 empleos directos, principalmente en la provincia de Ourense.
Por eso, el ambicioso plan diseñado por la Diputación provincial está siendo todo un éxito. Tanto es así que el 100% de las plazas de turismo termal que se pusieron el pasado año a disposición de los usuarios estuvieron ocupadas. Pero el plan va más allá. Este mismo año 2015, el ente provincial que preside Manuel Baltar reforzará su oferta con dos nuevos balnearios, en Cortegada -recientemente inaugurado- y en O Carballiño, que sumarán 200 plazas más.
El termalismo "es una buenísima presentación para Ourense", afirma Manuel Baltar, quien resalta la importante presencia de aguas mineromedicinales en toda la provincia, y que la convierten en uno de los epicentros termales de Europa.
Un "mar" bajo tierra
Aunque la provincia ourensana no tiene mar, el "mar" de Ourense está debajo de la tierra, por el importante número de captaciones de aguas termales y mineromedicinales. Por eso, la Diputación ha diseñado un nuevo plan para el sector termal, que marca las líneas maestras para una estrategia y promoción del termalismo. Se trata de una iniciativa del ente provincial de desarrollo urbano sostenible, que incluirá cuatro grandes proyectos: plan termal, provincia inteligente, competitividad y Axencia Provincial de Enerxía y de Medio Ambiente. Estos cuatro ejes son considerados por Manuel Baltar sobre los que debe girar el futuro de Ourense.
Entre otras cosas, porque el termalismo es irrenunciable como carta de presentación de Ourense. Razón por la que Baltar ha ratificado el compromiso de la Diputación con el sector termal, un camino en el que "no hay vuelta atrás" y sitúa a Ourense como "la provincia termal" de Galicia.
Capital termal
De hecho, Ourense es la capital termal por excelencia, segunda ciudad de Europa después de Budapest. El referente termal ourensano es la piscina de As Burgas, en pleno casco histórico, una oferta que se completa con el complejo natural de los márgenes del río Miño, donde se ubican tres áreas de baño públicas de uso gratuito con servicios de cafetería, vestuarios y aseos, así como dos estaciones termales de gestión privada.
Todas las instalaciones termales del margen derecho del Miño están conectadas mediante un agradable camino habilitado para el uso peatonal y de bicicletas, rodeado de árboles y con accesos directos a las zonas de baño. El paseo peatonal bordea también el margen izquierdo del Miño en un recorrido de 20 kilómetros idóneos para la práctica de deporte.
A la zona termal también se puede acceder en el Tren das Termas, que realiza varios viajes al día entre la Plaza Mayor de Ourense y Outariz, con paradas en cada una de las instalaciones. El uso termal en Ourense además de sus propiedades minerales tiene un carácter lúdico y de relajación que atrae a gente de todas las edades.
De ahí que la accesibilidad y la mejora de las comunicaciones -con la llegada de la alta velocidad- ha permitido que cada vez sean más los que aprovechen este recurso y también se incremente el número de visitantes, usuarios y consumidores de agua natural. Las propiedades curativas del líquido elemento están demostradas y los balnearios resurgidos, gracias al apoyo institucional permiten que sean muchas personas de todas las edades y condiciones las que se acerquen a "tomar las aguas" en la provincia ourensana.