Ajenos al tumulto callejero, fundido con el barullo y la espera, hay otro turismo que tiene la provincia de Ourense como destino de escapadas de fin de semana o como puede ser el caso de cortas vacaciones. Si el termalismo, con Ourense como referencia histórica es un hecho, el nuevo atractivo de los tratamientos hidrotermales, lo hace más.
De ahí la importancia del plan termal para el turismo en la Comunidad gallega, que ofrece el 20% de la oferta termal de España. Sus 3.000 plazas hoteleras sostienen además a otras 10.000 de turismo rural que viven de los balnearios, localizados fundamentalmente en las provincias de Ourense.
Porque el turismo de salud crece cada día. Es una noticia doblemente positiva por esas cifras y también por lo que supone como complemento del turismo más convencional.
Tiene razón el presidente de la Diputación de Ourense, Manuel Baltar, cuando afirma que termalismo como destino tiene que dejar de ser un lema y ser una realidad.
Los convenios de colaboración para viajar a los balnearios y buscar, al mismo tiempo, rutas turísticas alternativas y guiadas harán sin duda más potente al turismo termal. Si esto se logra, el éxito está más que garantizado.