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Réquiem

Un réquiem cantado por una sinfónica necesitaremos. Porque aquí ni hay un potro como el de Paco el Molinero, ni tampoco hacen gracia los otros jacos.

La juez vuelve a señalar a Barreiro, imputan a un concejal del gobierno de Caballero por supuesta prevaricación, don Abel se abraza a Louzán y se lleva una millonada de dinero público y la vista de la operación Muralla se suspende porque el señor Cacharro tuvo que ser hospitalizado. Es como ver el potro de Paco el Molinero paseando por la plaza del pueblo. A todos les hacía gracia, mientras el viejo cura Mosén Millán tocaba a misa de difuntos por el pobre Paco.

Un réquiem cantado por una gran sinfónica necesitará nuestra democracia para apagar sus pecados y salvar su alma. Porque aquí ni hay un potro como el de Paco el Molinero, ni tampoco hacen gracia los otros jacos.

Todos hablan de regeneración democrática. Lo hace la oposición y también el Gobierno y, por supuesto, el jefe del Ejecutivo autonómico. Es como el cura Mosén Millán: se cansaba de tocar la campana para el réquiem por Paco y ni los familiares se acercaban a la vieja iglesia. Lo de entrar, ya es otra cosa.

Regeneración es un concepto en boga -usado principalmente por los que tapan a los chorizos-, porque a nadie se le oculta que la opinión pública está harta, saturada, indignada y asustada ante la ineficacia institucional y la corrupción ética y estética que, en general, reina en la política.

Sumemos a ello los demoledores efectos de una crisis que ha estabilizado el empobrecimiento general y la desigualdad, sin que se vea salida alguna a medio plazo, por mucho que el Gobierno y el partido que lo apoya aseguran que sí.

Regenerar un ecosistema político tan maltrecho como el nuestro no es tanto cuestión de palabras como de hechos.

No nos hace falta dar una vuelta por la geografía española, para escandalizarnos con el caso de los EREs, la eterna trama Gürtel o el obvio saqueo llevado a cabo por la numerosa familia Pujol, no. Aquí tenemos la Pokémon y sus variantes, que son múltiples. Por eso, la ciudadanía no se va a conformar con rimbombantes anuncios, algunos de los cuales esconden trucos electorales inaceptables.

Pensaba Mosén Millán, viendo al potro de Paco y que su familia no acudía al toque de campana, que la vida, a veces, nos hace esas jugadas. Por eso, la regeneración ha de ser una refundación en toda regla. O no será. Por si no es, nos queda el réquiem.

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