Singuen los problemas para conseguir carga de trabajo para los astilleros de la ría de Ferrol, tanto en la construcción naval como en el segmento de las energías renovables y sus complementos eólicos. Y el último varapalo lo ha sido la decisión de la compañía Iberdrola. El presidente de la eléctrica, Ignacio Sánchez Galán, ha comunicado este viernes a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, la selección de los astilleros que Navantia tiene en la localidad gaditana de Puerto Real como proveedor preferente para fabricar las estructuras metálicas del parque eólico marino de Wikinger, que el grupo desarrolla en Alemania.
Ha sido la propia la Junta de Andalucía que, a través de una nota de prensa, señala que Sánchez Galán ha comunicado a la presidenta del Ejecutivo andaluz que los encargos de Iberdrola a Navantia se inician con la adjudicación de un contrato de casi 70 millones para fabricar y montar la subestación eléctrica del parque eólico marino Wikinger en Alemania. Dicha fabricación precisará de 600.000 horas de trabajo directo en la planta de Navantia, lo que se traduce en una ocupación media de 250 personas, con puntas de 500. El trabajo se realizará íntegramente en el astillero de Puerto Real, con la participación de la industria auxiliar de la zona.
Esta adjudicación abrirá a su vez a los astilleros de Puerto Real nuevas oportunidades de futuro para la construcción de los parques eólicos marinos que Iberdrola desarrollará en Reino Unido y otros países de Europa.
Estos contratos son fruto de la apuesta de la Junta por el desarrollo de proyectos de I+D relacionados con la energía eólica marina, como el de Soluciones eólicas andaluzas para el mar (Seamar), en el que también participan las universidades de Cádiz y Sevilla y diversas empresas de la comunidad. Este encargo de Iberdrola contribuye al futuro de la planta de Puerto Real, una de las tres con las que cuenta Navantia en Andalucía.
Navantia Ferrol, en dique seco
Mientras que el astillero que Navantia tiene en Puerto Real puede tomarse una bocanada de oxigeno para su futuro, las factorías de la ría ferrolana continúan en la incertidumbre. El pasado 8 de mayo Ferrol recibía un nuevo mazazo. El presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), Ramón Aguirre, junto con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, anunciaban la inmediata construcción de un barco gris para la Armada española en los astilleros de Navantia Ferrol-Fene.
Sin embargo, tan solo 24 horas después, Aguirre anunciaba que el astillero público gaditano de Puerto Real sería el encargado de la construcción de un buque gasero encargado por la compañía Gas Natural. Es decir, Ferrol volvía a "quedar en dique seco".
Una vez más, los astilleros gallegos veían como se "escapaba" carga de trabajo para sus gradas. Aguirre había sido rotundo al señalar que la decisión de en qué centro de Navantia se construiría "corresponde a la propia Navantia, pero lo razonable es que se construya en la planta de Puerto Real".
Siguiendo con su hoja de rutas, el presidente de la SEPI anunciaba que el 2 de junio se produciría una "gran reunión" en la Bahía de Cádiz entre Gas Natural, Knutsen, Navantia y la propia SEPI para perfilar las características definitivas de un buque gasero cuya construcción acometerá Navantia.
La alternativa a la construcción naval (con el ‘veto’ de la UE sobre la construcción civil), los astilleros de la ría de Ferrol tienen como alternativa -entre otros- la construcción de plataformas y componentes para el sector eólico. Aunque se habla de que Navantia Ferrol podría participar como ‘auxiliar’ de la planta andaluza, hasta ahora no hay nada confirmado.