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La venganza del campo y qué pasaría si cultivásemos la fruta como imaginan los urbanitas: "Cada pera costaría 2.500€"

Manuel Pimentel visita Economía Para Quedarte Sin Amigos y avisa: "Hay que preocuparse, los precios de la alimentación van a seguir siendo altos".

El audio empezará a sonar cuando acabe el anuncio

Manuel Pimentel visita Economía Para Quedarte Sin Amigos y avisa: "Hay que preocuparse, los precios de la alimentación van a seguir siendo altos".
Un agricultor muestra las ciruelas que acaba de recoger. | Cordon Press

Piense en un agricultor. ¿Qué imagen le viene a la cabeza? Si vive usted en una ciudad española, quizás lo que tenga en mente sea un chico joven (de unos 35-40 años como mucho); alto, fuerte y guapo; vestido con un peto, una camisa de cuadros y un sombrero de paja. Sí, lo sabemos, es un anuncio. Pero como en Madrid o Barcelona tampoco tenemos muchos más ejemplos a mano, tiramos del tipo de los espárragos.

¿Esto es un problema? Por la anécdota en sí misma, no. Al fin y al cabo, vivimos en la sociedad de la imagen y ese anuncio es de esos que ha penetrado en la memoria colectiva. Pero sí lo es si pensamos que lo que transmite debe ser la representación de la agricultura ideal. Como explica Manuel Pimentel, invitado de esta semana en Economía Para Quedarte Sin Amigos, si cada productor agrícola se comportara como pensamos que debería hacerlo (recorre su terreno andando, analizando cada árbol que se encuentra, mirando con cuidado y mimo cada pera que recoge, cogiendo con las manos todos los frutos y luego depositándolos con mimo en una cesta que lleva colgada al brazo)... si hiciera eso: "Cada una de esas peras nos costaría 2.500 euros".

Y sí, en el fondo sabemos que es imposible que las explotaciones del sector primario sean como las del anuncio, pero nos gusta imaginarlas así. No sólo eso, las imaginamos así y legislamos (siempre desde la ciudad) con criterios que no se alejan tanto de ese ideal un tanto absurdo que tenemos en la cabeza. Pero las consecuencias no son las que imaginábamos: "Hemos disfrutado de la alimentación más barata de la historia y hemos dejado de darle importancia. A partir de ahora, a preocupación por la alimentación va a ser directamente proporcional a su precio. Y éste va a ser alto en los próximos años. La sociedad piensa que la agricultura mala es la que produce".

Es duro decirlo, pero nos lo hemos buscado nosotros solos. Hemos decidido despreciar el campo y éste se está vengando. ¿Cómo? Con precios elevados y falta de garantía de suministro. ¿Vamos a ver estantes vacíos o vamos a tener problemas para encontrar alimentos de primera necesidad? No, pero sí podemos decirle adiós a los precios de hace 5-6 años, "los más bajos de la historia". Nos hemos olvidado del campo, de la agricultura real, la que hace cosas menos bucólicas, pero más prácticas: pone vallas y cercas, construye enormes silos para almacenar las cosechas (y no pensamos en los preciosos hórreos que ahora restauramos como vivienda), estabula a su ganado en feísimas naves industriales, ordeña con máquinas, recoge los frutos con complejos y caros aparatos mecánicos y riega con aspersores automatizados. A ese agricultor, al de verdad, le hemos impuesto decenas de normativas: medioambientales, gestión, trazabilidad, administrativas, seguridad, limpieza, cuestiones fitosanitarias, bienestar animal, uso de la energía...

Pimentel, que fue ministro de Trabajo con Aznar hace ya un cuarto de siglo, es ingeniero agrónomo y lleva toda su vida ligado al campo. Ahora, además de su explotación agrícola, es editor (dirige la editorial Almuzara) y escritor. Este año ha publicado "La venganza del campo" y viene a conversar con Nuria Richart y Domingo Soriano sobre los retos del sector, la incomprensión de una sociedad cada vez más alejada de su terruño y una política que pretende controlar lo que ni conoce ni comprende. Y nos lanza mensajes directos, que golpean en nuestra conciencia urbanita, sobre la gestión del agua ("En España sobra agua, pero no hacemos política hidráulica. Tenemos que regar más [si queremos para producir más]"); sobre las políticas verdes ("¿Tiene algún sentido que se ocupen campos fértiles con ese engendro de paneles solares?"); sobre la moda del veganismo ("Estamos idealizando el mundo animal. Es igual de moral comer carne que no hacerlo. El ser humano necesita proteína de origen animal"); o sobre la legislación comunitaria ("La última PAC ha decidido que el campo está para que nos demos un paseo") .

Música

Esta semana, el protagonista musical del episodio es el cantante y compositor Paul Weller. Y estos son los temas que hemos escuchado:

  • "Wild wood"
  • "Brand new start"
  • "You Do Something To Me"
  • "The changingman"

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