Hay un momento especial del día en Vilagarcía de Arousa y un lugar inigualable: la caída de la tarde desde los miradores del Monte Xiabre. Es el momento propicio para contemplar los petroglifos de Os Ballotes, vestigios de las primeras civilizaciones que poblaron estas tierras. A esa hora del día también merece la pena pasear por el paseo marítimo que une Carril con Vilagarcía o el parque urbano de A Xunqueira, atravesado por el río Con, y en el que la naturaleza se abre camino de forma incontenible. En este municipio pontevedrés también hay sitio para diversiones más refrescantes; el 16 de agosto se celebra la Fiesta del Agua. La festividad nació casi por casualidad en 1984. Una vez que los romeros introdujeron al patrón de San Roque en su ermita, comenzaron a vagar exhaustos por la calle de San Roque pidiendo agua a los vecinos. Uno arrojó un vaso de agua por el balcón y así empezó todo. Aquel tímido vaso de agua se ha transformado hoy en manguerazos y cubos llenos arrojados desde la calle y balcones. Vilagarcía también tiene su presencia en el calendario deportivo y de negocios a través de FEXDEGA, un recinto ferial en el que se celebran competiciones deportivas y exposiciones de diversa índole. Además, cuenta con uno de los puertos pesquero, deportivo y de mercancías más importantes de Galicia. No en vano, se trata de un puerto de más de 550.000 metros cuadrados.
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