En "El mejor día de la semana hemos abordado el valor del silencio interior y las quejas. Desde la mirada de Pablo Neruda y Javier Urra.
Adiós, tristeza, adiós.
Ana Olivares ha puesto voz, sentimiento y alma a este hermoso poema de Pablo Neruda. A callarse invita a un momento de introspección y silencio colectivo. Neruda nos pide que contemos hasta doce y nos quedemos quietos, dejando de hablar en cualquier idioma. Este instante de silencio sería un minuto fragante, libre de prisas y ruido, donde todos estaríamos unidos en una calma instantánea.
El poema sigue describiendo cómo este silencio podría beneficiar al mundo: los pescadores no dañarían a las ballenas y los trabajadores podrían reflexionar sobre su labor. Incluso aquellos que preparan guerras se detendrían, llevando un traje puro y caminando en paz con sus hermanos. Neruda aclara que este silencio no es inacción definitiva, sino un momento para reflexionar y entendernos mejor.
Con este ejercicio de silencio, Neruda sugiere que podríamos interrumpir nuestra tristeza y falta de entendimiento, aprendiendo de la naturaleza que parece muerta, pero está viva. Finalmente, el poema concluye con la cuenta hasta doce y un llamado a la quietud. La interpretación de Ana Olivares ha capturado esta esencia, transportándonos a la reflexión propuesta por Neruda.
La Queja y su Justificación, Javier Urra
En nuestra vida cotidiana, cuando enfrentamos situaciones inesperadas o negativas, parece natural quejarnos. Sin embargo, muchas veces nuestras quejas carecen de fundamento. Basta con observar a nuestro alrededor y escuchar las conversaciones para darnos cuenta de esto. A veces, ni siquiera necesitamos mirar fuera; solo con prestar atención a nuestros propios pensamientos y palabras es suficiente.
En relación a este tema, hemos explorado la justificación de las quejas y hemos planteado algunas preguntas a Javier Urra. Que nos ha ofrecido una perspectiva interesante sobre por qué nos quejamos y cómo podemos abordar este hábito de manera constructiva.
Nos ha explicado que, aunque la queja puede ser una forma natural de expresar frustración, también puede convertirse en un obstáculo para el crecimiento personal y la resolución de problemas. Según Javier, es importante distinguir entre quejas legítimas y aquellas que son simplemente una manifestación de insatisfacción sin causa justificada.
A través de este diálogo, hemos aprendido que al reconocer nuestras quejas y cuestionar su fundamento, podemos adoptar una actitud más positiva y proactiva. La conversación con Javier Urra nos ha dejado reflexionando sobre cómo podemos transformar nuestras quejas en acciones constructivas y mejorar así nuestra calidad de vida.
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