Muy buenos días bienvenido al este primer sábado de 2024 en el que nos proponemos acompañarles en la mañana más mágica y bonita del año.
Probablemente a estas horas en muchos de los hogares que nos escuchan de fondo están ahora mismo rodeados d el bullicio de los más pequeños sorprendidos y extasiados frente a todos esos regalos que los Reyes Magos han dejado junto a sus zapatos en esta noche para premiar su buen comportamiento y animarles a seguir por ese camino.
Romper esta magia hablando de política me parece un sacrilegio, así que déjenme arrancar contándoles quiénes fueron los Reyes Magos y qué presentes llevaron al portal de belén para agasajar al niño Jesús.
Se dice que eran hombres Sabios, que venían de Babilonia, o sacerdotes de Zoroastro. Algunas leyendas los presentan como Reyes provenientes de tierras lejanas, Arabia, India, incluso China. Y, sin embargo, no hay información segura de que eran realmente soberanos. Llegaron siguiendo una estrella cometa, por lo que es de suponer que eran astrónomos, o en todo caso instruidos en la ciencia de los cielos.
Pese a que no llevaron nada de comer, y miren que tenían delicatesen para regalar, fueron oro, incienso y mirra, los dones que los tres Reyes Magos llevaron en su viaje siguiendo la estela de la Estrella Cometa, a través del desierto, con sus insidias, esquivando los peligros e intrigas del Rey Herodes, para llegar a la cabaña de Belén donde en un pesebre había visto la luz el Rey del Mundo. El incienso, ofrecido por Gaspar, el más joven de los Reyes Magos, es una resina obtenida de la corteza de plantas de la familia de las Burseráceas, originarias de la península arábiga y del noreste de África, en particular de la Boswellia carteri, y en este caso el nombre correcto de la resina es olíbano. También llamado «goma de olíbano«, o «resina de olíbano«, el incienso se ha utilizado desde las épocas más antiguas en ceremonias religiosas y rituales.
El humo que salía de la quema de incienso se consideraba una ofrenda agradable a los dioses y favorecía la meditación y la purificación. La misma palabra «incienso» deriva probablemente del latín arcaico «incensum», encendido, e indica cómo se utilizaba esta sustancia.
Pero el uso de los inciensos iba más allá de las ceremonias religiosas y los ritos de purificación. Sus humos también tenían propiedades desinfectantes para el medio ambiente y para fines curativos. En particular, el incienso posee una potente carga antiinflamatoria, antioxidante y antimicrobiana. Sus cualidades lo hacen muy eficaz para relajar la mente y el cuerpo y para contrarrestar los trastornos intestinales y respiratorios. Un baño caliente enriquecido con gotas de aceite de incienso combate el estrés e infunde una sensación de paz y relajación a quienes se sumergen en él.
También la mirra, o el incienso de mirra, llevada como ofrenda por Baltasar, el Mago de piel oscura, es una resina. Ella también se extrae del tronco de una Burseraceae, aunque de un género diferente al del incienso: la Commiphora myrrha. El término «mirra» deriva de la palabra semítica murr, que significa «amargo».
Es originaria de Somalia y Etiopía, y no es casualidad que quien la llevaba fuera quien, entre los Reyes Magos, se caracterizara por rasgos somáticos rastreables en los pueblos que vivían en esas tierras.
Desde la antigüedad, la mirra era conocida y apreciada por sus propiedades antisépticas y antibacterianas. Se utilizaba sobre todo en su estado líquido, o en polvo, mezclada con aceite y bálsamos.
Incluso hoy en día, se sigue utilizando en diversas formas y con innumerables fines, por sus virtudes antiinflamatorias, antiespasmódicas y lenitivas. Se utiliza como remedio en enfermedades respiratorias, pero también en casos de intoxicación alimentaria, y como incienso se quema para purificar los ambientes e infundir paz y bienestar.
Melchor llevó el oro y estoy convencida de que de haber habido un Rey Mago habría portado hasta Belén todo un bodegón de alimentos ricos para endulzar la Epifanía, que pone hoy el broche final a esta Navidad.
Y como además de cerrar las navidades inauguramos año nuevo pues no nos puede faltar la actualidad. Yo personalmente hoyo tengo un regalazo para mí y para todos ustedes, nuestro analista Javier Santacruz nos acompañará para ver qué podemos esperar de este 2024 y para contrapesar mi buenismo para con este sector. Después les explico.
Y entre otras informaciones que han sido noticia durante la semana destacaremos a aquellos afortunados a los que les Reyes les han dejado un tractor o alguna otra maquinaria agraria; la pérdida de fondos para el sector vitivinícola y por supuesto los roscones de Reyes, que no son el único dulce de esta mañana mágica pero sí la que está más de moda y de la que nos comeremos un 5% más que el año pasado.
Como estamos en temporada de comenzar con buenos propósitos en este arranque quiero ponerle nombre y apellido al director técnico de En Clave Rural, Luis Varela que me sufre cada semana con estoicismo y buena cara y que, si está listo nos comunica con nuestro primer invitado y nos ponemos manos a la obra!!!!
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