Menú

TDND: Los peligros de intentar anticipar las tendencias

Carlos González Ramos, director de Relación con Inversores de Cobas AM, nos alerta sobre los peligros de intentar anticipar las tendencias.

El audio empezará a sonar cuando acabe el anuncio

No existe una tentación más poderosa en los mercados que la de atrapar el momento, intuir por dónde van a ir los índices o las acciones de una empresa, adelantarse a los movimientos del resto de inversores u olfatear cuál es el espíritu predominante en Bolsa. Los expertos lo llaman hacer market timing y en Tu Dinero Nunca Duerme llevamos cuatro años advirtiendo al inversor medio: es mejor que ni se lo plantee, las posibilidades de estrellarse con esta estrategia son enormes. Puede que haya grandes expertos en adelantarse a las tendencias, pero para un inversor no profesional, no tiene demasiado sentido, las opciones de que caiga en el lado de los perdedores es muy alta (¿han escuchado ustedes esos anuncios de webs de inversión en los que ellos mismos avisan de que el 80-90% de sus usuarios tiene una rentabilidad negativa?).

Para ayudarnos a explicar estos conceptos, esta semana tenemos con nosotros a Carlos González Ramos, director de Relación con Inversores de Cobas AM: "Ni el más experto conocedor de los mercados es capaz de predecir cuándo va a subir una acción. Hacer market timing no es aconsejable [para el inversor medio]. Los mercados son muy volátiles; en los últimos cinco años se podía sacar dinero invirtiendo en casi cualquier compañía de crecimiento, pero ahora vienen los momentos complicados".

Por supuesto, ésta es nuestra opinión. Pero no es sólo una sensación o una forma de hablar, está basada en datos. A este respecto, Cobas AM incluía en su última carta trimestral el siguiente gráfico que tiene un mensaje muy significativo: fallar en unos pocos días puede llevarse consigo toda la rentabilidad que nos ha costado tanto conseguir.

grafico-tdnd-06-11.jpeg

"Acertar es muy complicado. Lo más normal es que estas subidas ocurran tras caídas muy fuertes, por lo que los inversores están cuando ocurren fuera del mercado. Los mercados alcistas se construyen sobre los hombros de los bajistas. Por eso nos parece interesante estar siempre invertido y no perderse esos buenos días", nos explica González Ramos.

"Nuestra filosofía es a largo plazo, por lo que estas situaciones las llevamos mejor. También a nosotros nos preguntan los inversores sobre si es buen momento para invertir. Y siempre les contestamos que esperar una fuerte corrección de mercado no siempre es lo adecuado". Esto no quiere decir que sea bueno o malo invertir al día siguiente de una jornada bajista... en realidad el mensaje es que da igual lo que haya pasado ayer: el mejor momento para invertir los ahorros es ahora y sin pensar demasiado en lo que ocurrirá mañana. A 20 años no ha habido nunca un período en el que la Bolsa americana no haya ofrecido grandes rendimientos. Y esto no son sólo estadísticas, es una manera de simplificar lo que a veces nos genera tantos dolores de cabeza.

"Un estudio de JP Morgan muestra que los inversores que invirtieron tras caídas pequeñas (del 1-2%) de los mercados tuvieron una rentabilidad a 10 años vista mejor que aquellos que esperaban a que las caídas fueran más fuertes (del 10%)", nos explican desde Cobas. ¿Cómo pueden darse estos resultados que parecen contraintuitivos? Pues por muchas causas, pero entre otras, porque los que esperan a que caiga un 10% también suelen perderse las jornadas de rebote, a veces espectacular, que suelen seguir a esas grandes desplomes.

Escucha este programa en cualquier momento y lugar a través de los podcasts de Libertad Digital y esRadio. Descarga nuestra aplicación para iOs o Android, visita nuestra página web en esradio.fm, o encuéntranos en Apple Podcast, Spotify, Podimo, Amazon Music, Youtube o iVoox. ¡No olvides suscribirte!

Este capítulo puede contener información comercial de anunciantes y/o marcas colaboradoras que contribuyen a la creación y difusión de nuestros contenidos. Gracias por colaborar con nuestras marcas colaboradoras.