Una semana después de la paliza y la detención del disidente cubano Eduardo Cardet la familia ha denunciado que no saben nada de él y se temen lo peor. En el programa Es la Tarde de Dieter de esRadio el dirigente del Movimiento Cristiano de Liberación, Carlos Payá, ha contado que los familiares de Cardet "tienen los teléfonos cortados" y que "buscan alternativas desechables".
Payá ha contado que la esposa de Eduardo Cardet "estaba bastante triste y preocupada" y que no tenía "la certeza de que su marido estuviese vivo" ya que "el régimen le dice un día una cosa y otro otra".
Además, el disidente cubano detenido estaba malherido porque "le pegaron antes y después de detenerlo" y que "cuando lo cambiaron de vehículo no se podía sostener en pie". Carlos Payá ha contado también que en Cuba, en las cárceles del régimen castrista "cuando a los presos se les dan palizas se suspenden las visitas hasta que consiguen disimular las heridas".
El problema es la incertidumbre
Para Payá "es increíble el ensañamiento" con el preso y la familia ya que "no les quieren decir nada". Eduardo Cardet "lleva muchos años perseguido y ha sido detenido y golpeado
en muchas ocasiones, pero nunca se habían ensañado tanto", ha contado el hermano de Oswaldo Payá que también conoce de primera mano la crueldad del régimen comunista cubano.
El principal problema para los familiares de Cardet es la incertidumbre en la que viven desde la detención la semana pasada. Una detención que no se debe a la muerte de Fidel Castro porque parece ser que "la decisión de detenerlo es anterior a la muerte del tirano" ya que "una semana antes habían amenazado a su mujer: le dijeron que en cuanto llegase su marido lo iban a detener".