Pedro J. Ramírez adelanto en su entrevista con César Vidal que su periódico destacará este jueves la exigencia del PP de que se detengan las privatizaciones que lleva a cabo el Ministerio de Fomento, dada la implicación de José Blanco en la ‘Operación campeón’. El Mundo ha puesto contra las cuerdas al ministro al revelar que un empresario gallego le acusa de cobra comisiones a cambio de favores.
El director de El Mundo acudió a Es la noche de César a presentar su libro El primer naufragio (La esfera de los libros), en el que narra con detalle los trepidantes cuatro meses entre la ejecución de Luis XVI y el triunfo del golpe de Estado jacobino –el primero de la historia– contra el Gobierno moderado de los girondinos.
Ramírez explicó que "escribir un libro de historia ha sido una oportunidad para desarrollar mi vocación por el periodismo de investigación", ya que en el día a día la dirección del periódico "le tiene muy atado".
Eligió este episodio histórico porque "existían las suficientes fuentes primarias para descubrir una verdad que está escondida" que además contrataba con una "versión oficial falsa". Además, destacó que "se plantean a vida o muerte todos los grandes asuntos que todavía continúan debatiéndose 220 años después, las formas de democracia, la libertad, la igualdad, la relación entre política y economía"; y que eso "produce un enorme magnetismo".
Pedro J. señaló que "es un libro muy periodístico, no sólo porque las fuentes primarias muchas son periódicos, sino porque es el primer momento de la historia en el que la prensa juega un papel, reflejando lo que ocurre e influyendo en los acontecimientos del día siguiente".
En su investigación constató que "el problema que tuvo la convención (moderados) fue la incapacidad de alimentar a una parte de la población de París, y la causa fue el déficit fiscal heredado del absolutismo, ya que los nobles y el clero se niegan a pagar impuestos". Cuestión que enlaza con la actualidad en el surgimiento de un movimiento que bien podría traducirse como ‘indignados’.
"Le entrego este libro a mi editora dos meses antes de que la palabra indignados estuviese en los periódicos, yo me refiero a los enrabietados, cabreados, pero podría haberlo traducido por indignados; además los dos movimientos dicen lo mismo ‘no nos representan’", explicó Pedro J.