Más del 90% del alumnado en secundaria y universidad ya utiliza herramientas de inteligencia artificial como ChatGPT para realizar sus tareas cotidianas. Aunque a simple vista pueda parecer una muestra de modernización educativa, el dato ha encendido las alarmas en el entorno académico.
"Si los estudiantes dejan de pensar, redactar o razonar por sí mismos, están condenando su desarrollo cognitivo. Es como si el cerebro dejara de entrenarse. Y en muchos casos, es irreversible", advierte Álvaro Gómez, decano de la Facultad de Administración y Dirección de Empresas de la Universidad Intercontinental de la Empresa.
La IA es una herramienta fabulosa si se usa como complemento
Según Gómez, el uso masivo de la IA como sustituto del esfuerzo intelectual está "adormeciendo el cerebro" de las nuevas generaciones. "La IA es una herramienta fabulosa si se usa como complemento, pero si se convierte en el camino fácil, perdemos pensamiento crítico, creatividad y habilidades fundamentales", señala.
Estudios recientes respaldan su preocupación: el abuso de herramientas como ChatGPT reduce la activación cerebral, empobrece el aprendizaje y genera trabajos cada vez más parecidos entre los alumnos. "Pierden capacidad de análisis, de comprensión lectora y de escritura. Cada vez leen menos, escriben peor y les cuesta razonar".
A la irrupción de la IA se suma otro factor clave: la hiperconectividad. "La combinación de distracción constante por el móvil y la pereza que fomenta el mal uso de la IA está teniendo un efecto devastador en las aulas", afirma. Algunos centros han empezado a limitar el uso de móviles en horario escolar, y hay iniciativas legislativas que plantean prohibir redes sociales hasta los 16 años.
Pero para Gómez, la solución no está en prohibir, sino en educar. "No podemos ignorar que la IA está aquí para quedarse. Lo que hay que hacer es enseñarla bien: integrarla en las aulas, pero diferenciando entre un uso que forma y uno que atrofia".
El experto también advierte del impacto en el mercado laboral: los perfiles más vulnerables no son los sénior, sino los jóvenes recién salidos del sistema educativo que no han adquirido competencias clave para un entorno digital e hiperautomatizado.
El futuro del trabajo no será solo saber manejar una IA
"El futuro del trabajo no será solo saber manejar una IA, sino saber pensar con ella: hacer buenas preguntas, leer con profundidad, saber filtrar resultados y contextualizar información", explica Gómez. "Las empresas van a pedir eso en entrevistas, y muchos jóvenes no estarán preparados".
La revolución tecnológica ya está en marcha. "Estamos ante uno de los mayores cambios de la historia de la humanidad", afirma Gómez. "Y no hay tiempo que perder: hay que formar, leer, pensar, motivar, actualizar las universidades. La inteligencia artificial no va a pensar por nosotros".
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