Con la gran compañía de actores de esRadio, El Teatro de la Mañana de Es la Mañana de Fin de Semana interpretó una nueva ficción sonora donde se relata la impresionante operativa, liderada por Jacques Jaujard, que evacuó todas las obras del museo en apenas tres días. ¡No te lo pierdas!
El fracaso de la política de apaciguamiento
El 23 de agosto de 1939 la Alemania de Adolf Hitler y la Unión Soviética de Joseph Stalin firmaron el pacto de no agresión Ribbentrop-Molotov. Con la paz asegurada en el Este, la guerra se cernía sobre Europa y Jacques Jaujard, entonces subdirector de Museos Nacionales, lo sabía.
Habiendo ya participado en la movilización de las obras maestras del Museo del Prado de Cataluña a Suiza, Jacques Jaujard fue previsor y el 25 de agosto el Museo del Louvre cerró tres días por "motivos de mantenimiento". El verdadero motivo fue la inmediata movilización de las más de ocho mil piezas artísticas en exposición.

La Gioconda, la Venus de Milo, La Libertad guiando al pueblo, El escriba sentado, la Balsa de la Medusa... Cientos y cientos, miles y miles de obras maestras de nuestro tiempo y tiempos pasados abandonaban en cajas y sobre ruedas el que, hasta entonces, había sido su hogar.

Un total de 200 trabajadores del museo lo vaciaron en apenas tres días y el 1 de septiembre abandonaba el edificio el último tesoro que quedaba por evacuar: La Victoria alada de Samotracia. Ese mismo día Alemania invadió Polonia.
¡Esto es la guerra!
La guerra se hizo en Europa, pero para entonces los tesoros del patrimonio francés ya se habían reunido en el Chateux du Chambord, a las afueras de París, y estaban pendientes de su redistribución por toda la campiña francesa. Iniciada la Segunda Guerra Mundial, el Louvre ya estaba vacío... Y vacío permaneció cuando los alemanes invadieron París.
La sorpresiva Blitzkrieg y la engañosa táctica armamentística alemana deshizo como un azucarillo la endeble, insuficiente y cuestionable defensa aliada de los territorios. Tras las neutrales Bélgica y Holanda, los franceses eran víctimas de la ocupación alemana y la Batalla de Francia se saldó en menos de un mes y medio. El 14 de junio de 1940 los nazis entraron en París.

El 30 de junio, apenas quince días después de la ocupación, Adolf Hitler mandó que todos los objetos artísticos escondidos fueran retornados a sus localizaciones de origen. El 16 de agosto aterrizaba en la capital francesa el hombre encargado de ejecutar dicho mando. El Conde Franz Wolff-Metternich, director de la Kunstschultz y la peor pesadilla de Jacques Jaujard.
Amigos para siempre means you'll always be my friend
Ese mismo 16 de agosto, Wolff-Metternich era recibido por el ahora director de Museos Nacionales, Jacques Jaujard, a las puertas del Louvre. Tras una presentación formal, ambos hombres entraron en el vacío museo...

Para sorpresa de Jaujard, Metternich parecía aliviado con dicha realidad. A diferencia de los hombres que le rodeaban, Franz Wolff-Metternich era un apasionado del arte y la cultura. Ajeno al partido nacional-socialista, Metternich no compartía el afán hitleriano de la usurpación de dichos tesoros a diestro y siniestro y, por ello, el Conde terminó siendo el mayor aliado de Jacques Jaujard en los primeros dos años de ocupación.
¿Qué sucede? Que nada dura para siempre. Las constantes negativas del alemán a las peticiones desde Berlín de encontrar el arte y su disimulada complicidad con el director de Museos Nacionales terminaron por mosquear al mariscal Hermann Göring que, en 1942, llamó a Wolff-Metternich de vuelta a Berlín. Los próximos dos años años de ocupación, Jaujard resistió solo
No hay mal que cien años dure ni cuerpo que lo resista
Precisamente a partir de 1942 y, sobre todo, desde la Batalla de Stalingrado la guerra viró en su desarrollo. En la Francia ocupada, la Resistencia francesa cada vez jugaba un papel más importante y miembro de esta fue Rose Valland, conservadora de arte y espía.

Los alemanes nunca encontraron una sola pieza del Louvre escondida, pero sí robaron otras ajenas a la colección. Cuadros de Miró, Matisse, Dalí o Picasso fueron víctimas de la moralidad alemana y, tras permanecer un tiempo en la conocida Sala de Mártires del museo Jeu du Paume, eran quemadas en el patio sin piedad.

Ante dicho horror se hallaba Rose Valland y su misión era registrar las obras robadas y el lugar dónde se desplazaban si, milagrosamente, no eran sacrificadas en un artístico auto de fe. En constante comunicación con Jacques Jaujard, gracias a Valland decenas y cientos de tesoros artísticos pudieron regresar a Francia una vez finalizada la guerra... Que, por cierto...
El 6 de junio de 1944 los aliados desembarcaron en las costas de Normandía y comenzaba así el proceso de liberación. Estos fueron los momentos de mayor peligro para las obras del Louvre pues tenían que protegerse de la artillería amiga y enemiga. Por eso, en los tejados de los castillos y palacios escribieron: MUSÉE LOUVRE.

A medida que perdía la guerra, el Führer perdía también los papeles. En un acto desesperado ordenó al general Dietrich von Choltitz destruir toda la ciudad de París con explosivos. ¡Que volara por los aires! Afortunadamente, Choltitz le ignoró en su delirio.
El 19 de agosto las fuerzas del general Leclerc entraron en la capital y seis días después la ciudad fue liberada tras la rendición de Choltitz y los suyos. París era libre, pero aún le quedaba una última prueba a Jacques Jaujard por superar... La del colaboracionismo.
Paris outragé! Paris brisé! Paris martyrisé! Mais Paris libéré!
El 25 de agosto las gentes celebraban por las calles parisinas, pero con un disparo el júbilo se desvaneció. Un par de soldados alemanes escondidos en las azoteas dispararon contra la masa y se hizo el caos. Desde el Museo del Louvre, lo 600 soldados alemanes que esperaban su incierto destino entendieron, en su confusión, que el pueblo parisino iba a tomar su venganza con ellos. El pánico les recorrió el cuerpo. Los 600 alemanes tiraron abajo una puerta y salieron disparados por todo el museo que, insisto, seguía vacío.
Su huida fue inútil. Hasta los dos que se escondieron en el sarcófago de Ramses III fueron hallados y arrestados. Jacques Jaujard supervisó satisfecho su detención... Hasta que las armas aliadas se tornaron contra él. Un soldado acusó a Jaujard de colaboracionismo, de haber orquestado la fallida escapatoria de los prisioneros alemanes.
Así, Jaujard salió de su museo a punta de pistola y descendió la Rue Rivoli hasta el Ayuntamiento increpado por una masa que antes celebraba. Gracias a Dios, un conservador del Museo del Louvre y miembro de la Resistencia, Robert Rey, reconoció a su jefe y ordenó a los soldados que le liberaran de inmediato. Jacques Jaujard no era un colaboracionista, ¡era un héroe de la Resistencia!
Un regreso triunfal
Finalizada la guerra, todas las obras escondidas del Museo del Louvre retornaron de forma triunfal a sus marcos y salas de origen. Milagrosamente, ni una sufrió un solo daño y Jacques Jaujard fue condecorado con la Medalla de la Resistencia francesa en 1946 y en 1958 con la Legión de Honor.
Franz Wolff-Metternich también fue reconocido en su ayuda por intermediación de Jaujard y el 22 de junio de 1967 el que fue director de Museos Nacionales falleció en la capital francesa a la edad de 71 años.
¿Alguna vez habían escuchado su nombre? El de Jacques Jaujard. Pues la próxima vez que visiten las salas del Louvre sepan bien que, de no ser por su sapiencia y buen liderazgo, el museo más famoso y más concurrido del mundo y de la historia estaría vacío.

La compañía de actores de El Teatro de la Mañana
- Dani Palacios como Jacques Jaujard.
- Jaume Segalés como Franz Wolff-Metternich.
- Juanma González como René Huygue.
- Ana Mateu como Rose Valland.
- Sergio Valentín como general alemán y locutor antiguo.
- Carmen Arreaza como secretaria francesa.
- Antonio Poveda como "Buenos días, Monsieur Jaujard".