El Pleno del pasado miércoles en el que se habló, entre otros asuntos, del documento de presentación de los presupuestos para la UE en el próximo Marco Financiero Plurianual, tuvo, en el orden del día, muchos temas de ámbito español. Además del debate propiciado por la sentencia de la Manada, el anunciado fin de ETA que decidía en un folio despachar el más de medio siglo de actividad terrorista, también se coló en el europarlamento.
Fue a raíz de la petición de Martina Andersson, del Sinn Fein, quien aseguró el miércoles, horas antes del anuncio de la banda terrorista, que "se verían avances en la situación del País Vasco muy pronto". Es más, solicitaba a la Comisión Europea que apoyasen "iniciativas que permitiesen una paz duradera que permita la conciliación para todos". Palabras de la eurodiputada norirlandesa que fueron automáticamente respondidas por Teresa Jiménez Becerril, del PP, cuyo hermano falleció junto a su mujer hace justo diez años asesinado por ETA.
Becerril espetó a la diputada izquierdista que en España "no ha habido ninguna guerra sobre ETA" porque de los 859 asesinados ninguno respondió a ese ataque: "Esos ataques fueron realizados en un 90 por ciento en democracia, es un documento de propaganda que quiere atraer toda la atención internacional que usted le quiere dar" Y prosiguió: "Y nosotros, que sabemos quiénes son los terroristas, no lo vamos a permitir". Un agrio enfrentamiento que concluyó con la negativa a la firma de un documento en el que Bruselas apoye la apertura de un documento "de paz".
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