Stalin: la hambruna, el Gran Terror y Hitler
Javier Somalo continúa analizando al primer Stalin en Debates en Libertad. En esta ocasión, el terror soviético y también el nazismo.
En los primeros años 30, Stalin utilizó su vasto aparato represivo para aplastar al campesinado. Millones de personas murieron tras la hambruna minuciosamente planificada por el hombre de acero. Los que no murieron de hambre lo hicieron fusilados en alguna zanja, quizá cavada por ellos mismo. El "kulak" fue declarado enemigo del pueblo y aniquilado. Pero, en definitiva, no hacía sino continuar las políticas de su predecesor. Más de diez años antes, Lenin enviaba el siguiente telegrama al comité ejecutivo del soviet de Penza:
¡Camaradas! La sublevación kulak en vuestros cinco distritos debe ser aplastada sin piedad. los intereses de la revolución lo exigen, porque en todas partes se ha entablado la "lucha final" contra los kulaks. Es preciso dar un escarmiento:
Colgar (y digo colgar de manera que la gente lo vea) al menos a cien kulaks, ricos, y chupasangres conocidos. Publicar sus nombres. Apoderarse de su grano. Identificar a los rehenes. Haced eso de manera que en centenares de leguas a la redonda la gente vea, tiemble, sepa y se diga: matan y continuarán matando a los kulaks sedientos de sangre.
Telegrafiad que habéis recibido y ejecutado esas instrucciones. Vuestro, Lenin
PS. Encontrad gente más dura.
(Telegrama de Lenin al comité ejecutivo del soviet de Penza, 10-8-1918).
Quizá una de las diferencias entre Hitler y Stalin fuera que el de Georgia se empeñó más a fondo contra los propios. Eso fue, sobre todo, lo que le reprochó Nikita Kruschev en el famoso "discurso secreto" (1956) en el que se condenaron sus crímenes ante el XX Congreso del PCUS. Pero, en definitiva, Stalin no hizo sino llevar eso del "socialismo en un solo país" a su extremo más dramático o, simplemente, aplicar el marxismo sin necesidad de inventarse interpretaciones.
Algunos periodistas como Gareth Jones denunciaron estos episodios de asesinato masivo en la prensa firmando con su nombre. Otros, como Malcolm Muggeridge, lo hicieron con seudónimo. El hecho es que en Europa y en EEUU había conocimiento, muy combatido, eso sí, por corresponsales a sueldo de Moscú. Roosevelt reconoció formalmente al gobierno de Stalin en 1933, en plena hambruna planificada, y la Unión Soviética ingresó en la Sociedad de Naciones en 1934.
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Durante el programa, en el que se abordó la acción represora y genocida del régimen de Stalin, la profesora Sánchez Zamorano quiso remontarse a Marx y Engels porque "Marx era más culpable de los crímenes del bolchevismo de lo que nadie en su época puede darse cuenta", tal y como recordó Leszek Kolakowski en "las raíces marxianas del leninismo y estalinismo".
Ademá, la profesora Sánchez Zamorano señalaba que "desde el punto de vista político y económico se parecían más el comunismo soviético y la alemania de Hitler que el nazismo y el fascismo italiano".
Por su parte, Fernando Navarro, no quiso dejar de recordar la figura de Trotsky quién llegó a decir que Stalin no tenía por qué ser objeto de preocupación hasta que "comience a medrar", sería entonces cuando Trotsky quería "ocuparse de él".
Fernando Navarro recordó también la tesis de Juan Linz sobre el estado totalitario: "una ideología total y global, en el caso del comunismo sería la dictadura del proletariado y en el caso de los alemanes estaríamos hablando de la supremacía racial. También la existencia de un partido único, el uso de los medios de comunicación, la creación de enemigos internos y externos y el odio al capitalismo y a la sociedad burguesa".
José Luis Martínez, por su parte, enmarca la coexistencia de los dos totalitarismos, el de Stalin y el de Hitler, en un contexto histórico que viene del crack del 29 en EEUU, y de cómo Stalin inició la guerra entrenando a los alemanes en Uzbekistán. "Además, destacó que el odio de las dos ideologías, la nazi y la comunista, es un odio real porque ambos líderes, Stalin y Hitler, sabían que su ideología, su sistema, su país y sus revoluciones tenían que dominar".
Bibliografía
Europa bajo los escombros. Fernando Paz. Altera 2008
Lenin y el totalitarismo. Mauricio Rojas. Sepha 2011
Archipiélago Gulag. Alexander Solzhenitsyn. Tusquets Editores, 2005
El primer círculo Alexander Solzhenitsyn. Bruguera 1970
Koba, el temible. Martin Amis. Anagrama 2004
Rebelión en la granja. George Orwell. Destino 2010
Vida y Destino. Vasili Grossman. Galaxia Gutenberg, 2007
Tierras de sangre. Timothy Snyder. Galaxia Gutenberg, 2011
El origen de los totalitarismos. Hanna Arendt
Kolyma Tales. Varlam Shalamov. Classic, 20th-Century, Penguin, 1995
The whisperers: Private Life in Stalin's Russia. Orlando Figes. Papperback, 2008
El vertigo. Eugenia Guinzburg. Galaxia Gutenberg, 2005
El libro negro del comunismo. VVAA. Ediciones B 2010
Hitler: los años desconocidos. Ernst Hanfstaengl edición crítica de Fernando Navarro, Sepha 2012.
Diccionario Biográfico del nazismo y el Tercer Reich. Fernando Navarro. Sepha 2010
En el programa que pueden escuchar aquí, abordamos esta tragedia y la del Gran Terror, toda una exhibición del gigantesco y eficaz aparato represivo soviético. Que lo disfruten.
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