Después de tantos años a tu lado necesito decirte lo que ahora siento. Tengo que confesarte que he conocido a otro hombre hace algún tiempo. Sin duda estás ahora estupefacto ante estas palabras de mi parte, mas ya no aguanto más y debo confesarte que éste me ha hecho vibrar un nervio antaño perdido en un recuerdo.
Espero que entiendas que las cosas que antes parecían imposibles se van dilucidando con el tiempo; lo que no necesitaba en el pasado, hoy es imprescindible. Mi espíritu ha turbado mi juicio y mi entendimiento. Aquel joven apuesto enamorado, que me ha conquistado en mis veinte primaveras, hoy no lo necesito, no está a mi lado. Hoy quiero un caballero afectuoso, que busque el incansable amor en mis entrañas; que sepa ver la luz que alumbra mi alma en la penumbra y no en mis ojos; que aprenda a erizar mi piel con solo un roce; que necesite mi sonrisa para afrontar el día; que intuya mi destino entre sus huellas; que busque su hidratación entre mis labios; que recoja mi mal genio entre sus brazos y girándolo locamente, convierta esa energía en la recarga de las pilas de su vida.
Si, así es, hoy lo he sabido, hace algún tiempo que este hombre me hace sentir todo eso. Mis noches a su lado son ansiadas y mis días buscan encontrarse con él aunque sea solo un momento.
Sin duda pedirás explicaciones, ¿Qué cuándo lo encontré? Fue hace unos meses. ¿Qué cómo me sedujo? Con silencio. ¿Qué tiene que ofrecerme? Amor, ternura y tiempo.
Tú que eres mi amigo, amante, esposo y padre tienes el derecho de saber todo detalle, por ello he decidido ofrecerte mi crónica amorosa antes que a nadie. ¿Qué dónde he conocido mi alter ego? Si te digo la verdad, ya no me acuerdo: en un café, en el cine, en la biblioteca, creo que en un paseo.
Te preguntarás en este mismo instante si lo conoces, pues... tengo muchas dudas al respecto. Quizás lo has visto alguna vez en nuestra puerta y no te has dado cuenta, tú siempre inserto en tus trabajos y pensamientos.
Te invito a conocer al nuevo hombre que ha despertado en mí este amor nuevo. Levántate cariño, cierra esta carta y mírate al espejo.
Después de once años has cambiado pero aunque parezca extraño, aún te quiero.
Belén