En el centro, el conductor del programa, Juanma Rodríguez, a su derecha, el gran campeón Sergio Maravilla Martínez, ambos con calzón vaquero. Junto a ellos, el árbitro de pelea, Juanma Ugarte. Trío de lujo para una entrevista de quilates que deleitó a los fieles seguidores en el arranque de El Primer Palo.
El ganador de 10 cinturones mundiales, haciendo gala de una tremenda humildad, con una sonrisa que ilumina el estudio repasa sus inicios en el boxeo.
Martínez nunca se pone medallas. Descarta categóricamente el termino de leyenda. Se considera una persona común y corriente. ¿Cuál es el camino para alcanzar los sueños? La clave es dar el primer paso, dice el expúgiil argentino.
Maravilla practicó el fútbol de pequeño jugando de central. Rudo, buen marcador. Seguidor de River Plate y del Real Madrid. A pesar de que soñaba con ser futbolista, afortunadamente se dedicó al boxeo.
¿Cómo y cuándo pisó el ring por primera vez?
Maravilla lo recuerda, con los ojos iluminados, como si fuera ayer. Fue el 27 de abril de 1995. Después de jugar un partido de fútbol con el que por entonces era su equipo, se le acercó una persona que le propuso una prueba en un conjunto de Los Andes -club que por entonces jugaba en lo que venía a ser la Segunda B argentina-. Para prepararse para la prueba, que era el 4 de junio, y al haber terminado la liga con su equipo, debía buscar alternativas para no perder tono físico. Un tío suyo era entrenador de boxeo y Maravilla le propuso entrenar tres días en su gimnasio. El 2 de mayo acudió por primera vez al gimnasio. El segundo día que pisó el ring ya lo tenia claro, jamás dejaría el boxeo.
Inicios complicados en el boxeo
Sus inicios en el profesionalismo coincidieron con el corralito argentino. Allá por el 2001. El 2 de febrero de 2002 realizó el último combate en su país. Con una mano delante y otra detrás se vino, junto con su novia de entonces, para España. Llegó a Guadalajara y se mudó a Azuqueca de Henares. Trabajaba como portero de seguridad en dos discotecas en Guadalajara y ayudaba en un gimnasio de Azuqueca. En 2006 se muda a Alubera, donde vivió una etapa dura. Sin coche, sin papeles, incluso llegó a hacer cola en un comedor benéfico.
La próxima semana, en el primer palo, el segundo gancho del gran campeón. ¿Se lo van a perder?