La investigación sobre el chivatazo a ETA continúa su curso desde que el juez Ruz se hiciera cargo de ella en sustitución de Baltasar Garzón. Esta semana ha comparecido ante el juez el que fuera comisario jefe de la Unidad Central de Inteligencia (UCI), José Cabanillas. Éste ha declarado que su subordinado, Carlos Germán – al frente de la investigación del chivatazo - intentó borrar pruebas clave. Concretamente la cinta en la que el dueño del bar Faisán confiesa a su cuñado que hubo un chivatazo.
Lorenzo Nebrera, portavoz de la Confederación Española de Policía (CEP), ha asegurado en esRadio que "es sorprendente que el caso estuviera parado tanto tiempo sin que hubiera ninguna línea de investigación". Nebrera ha mostrado su satisfacción por el hecho de que "con el cambio de magistrado esas líneas existan".
El portavoz de la CEP ha señalado a Dieter Brandau en Es Noticia varios puntos del caso que llaman poderosamente la atención. El primero es que "el comisario de la UCI sepa que el responsable de la investigación pretende modificar pruebas y no lo ponga en conocimiento de la autoridad judicial". En segundo lugar, continúa Nebrera, "no sólo no se le apartara de la investigación sino que se le hace máximo responsable de la misma"
Desde la CEP, según su portavoz, "lo único que pedimos, como hacemos desde el principio, ees llegar hasta el final". Nebrera ha querido apuntar que "esto se sabe porque la mayoría de los policías son gente honrada aunque ahora estemos en la picota".
Lo que, en palabras de Nebrera, es imposible es que "por muy alto cargo que tengas no tomas a motu proprio una decisión de este calado si no tienes unas connotaciones, insinuaciones o decisiones políticas".
