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"Merecía la pena recoger todos los dramas que nos ha dejado el terrorismo"

El periodista Florencio Domínguez habló este sábado en LD Libros sobre "Vidas rotas. Historia de los hombres, mujeres y niños víctimas de ETA", el libro en el que se recogen, uno a uno, los atentados que costaron la vida a las víctimas mortales de ETA.

"Estuvimos viendo la posibilidad y vimos que merecía la pena, que suponía un reconocimiento a todas las víctimas del terrorismo etarra, que merecía la pena recopilar todos los dramas, uno por uno, para que hubiera un compendio, para que se aprenda cuál ha sido la tragedia que nos ha dejado el terrorismo etarra".

De este modo, el veterano periodista Florencio Dominguez, uno de los mayores expertos españoles sobre terrorismo, explicó este sábado en LD Libros, el programa de esRadio conducido y presentado por Carmen Carbonell y Mario Noya, los motivos que le llevaron a él y a otros dos periodistas, Rogelio Alonso y Marcos García Rey, a recoger en el libro "Vidas rotas. Historia de los hombres, mujeres y niños víctimas de ETA", los 857 asesinatos mortales de la banda terrorista.

Una cifra que llega después de que los autores hayan "cruzado numerosas listas", rebuscasen "en documentación de la propia banda terrorista, que reconoce como suya la autoría de esos asesinatos", o comprobasen los "reconocidos oficialmente por el ministerio del Interior". Pese a esto, recuerda que los 857 asesinatos "no agotan la totalidad del drama, porque cada muerto tiene detrás una familia y, a parte de eso, hay miles de heridos".

Según dijo, "al reconstruir las historias de los atentados vas viendo las vilezas, el ensañamiento que ha habido en muchos de estos asesinatos, la crueldad de los etarras... Vas viendo también el hilo de sufrimiento, las familias, los nombres de los hijos, y te preguntas qué habrá sido de aquél que entonces era niño, hace veinticinco años, y que a veces, incluso, fue testigo del asesinato de sus padres". "Es todo una gran tragedia que esta organización terrorista nos ha organizado a los españoles", aseguró.

Dominguez aseguró que los atentados que más le han marcado son aquellos en los que hubo niños de por medio: "Recuerdo un par de casos, uno policia y otro civil, que iban con sus hijos de la mano por la calle y les dispararon. Los niños se perdieron durante horas, porque al soltarse de su padre, asustados, corrieron por las calles. Uno se imagina la situacion psicológica en la que tuvo que estar ese niño hasta que lo encontraron tras varias horas, vagando por las calles. Qué pudo sentir ese niño sabiando que a su padre lo había dejado abandonado en un charco de sangre, sin tener muy claro qué es lo que había ocurrido, pero sabiendo inconscientemente que ya no tenía padre. No hay manera de ponerse en la mentalidad de ese niño para tener una idea del sufrimiento que tuvo que pasar".

Así, el veterano periodista navarro recordó que durante muchos años la sociedad española y sobre todo la vasca dieron de lado a las víctimas del terrorismo. Como ejemplo de ello, puso el asesinato de un guardia civil en Beasain (Guipúzcoa): "Era un guardia civil, en Beasain, con su novia, que salían de una discoteca en la que habían estado por la noche y que son tiroteados cuando iban con su coche por el centro de la ciudad. Los dos son alcanzados por los disparos. El guardia queda con la cabeza sobre el claxon sonando durante 20 minutos. Esos 20 minutos con el claxon sonando, en la noche, que no es una cosa que pase desapercibida, en el centro de la ciudad, sin que nadie se acerque a socorrerlos creo que es una imagen muy gráfica del desamparo que han tenido las víctimas en el País Vasco".

Es más, recuerda que "hace unos días leía las declaraciones de una viuda de un empresario asesinado a finales de los años 70. La mujer decía que durante muchísimo tiempo ella había contado que su marido había muerto en un accidente de tráfico, para que su entorno no supiera que había sido asesinado por ETA, para no sufrir ella la hostilidad de una sociedad que se proyectaba sobre las víctimas de ETA. La tragedia de esta mujer, teniendo que mentir sobre las circunstancias de la muerte de su marido, como si hubiera hecho algo indigno, es muy representativa de la actitud que ha habido durante mucho tiempo en el País Vasco".

Pese a esto, Dominguez recordó que desde hace unos diez años, aproximadamente, las víctimas del terrorismo han pasado a tener la importancia que se merecen dentro de la sociedad. Una importancia que antes no tenía porque "desde la transición, hasta antes de ayer, los gobiernos y los partidos que gobernaban, consideraban que, en algún momento, el final del terrorismo pasaría por una negociación con ETA y el precio a pagar sería la impunidad de los terroristas y sacrifio el derecho a la justicia de las víctimas". Como ejemplo de ello, puso los casos de atentados perpetrados por los poli-milis (ETA politico-militar fue una escisión de la banda terrorista que dejó las armas en 1982) están sin juzgar.

Por último, destacó que las víctimas se han convertido ahora en "
un agente social y político más con el que hay contara la hora de definir el futuro del país en lo que concierne al terrorismo".

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