
El portavoz de la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (ACAIP), Marcos Álvarez, ha explicado este jueves en La noche de Cuesta, de esRadio, cómo funcionan los protocolos de seguridad en prisión tras la polémica surgida por el intento de José Luis Ábalos de introducir un USB en la cárcel de Soto del Real el día de su ingreso. Una actuación que, según se ha conocido, no fue comunicada al juez y permitió que el dispositivo acabara siendo recogido posteriormente por un familiar del exministro.
Durante la entrevista con Carlos Cuesta, Álvarez ha detallado que la localización de objetos como un pen drive durante el ingreso en prisión forma parte de los procedimientos habituales. "Cuando una persona ingresa en prisión pasa al departamento de ingresos y deja todos los enseres que lleva consigo. Todo lo que no se puede introducir queda retenido y se vuelca en el sistema informático del centro", ha explicado.
El portavoz de ACAIP ha señalado que un USB no es, en sí mismo, un objeto prohibido. "Nosotros no conocemos el contenido de esos dispositivos. No es droga, no es un teléfono móvil ni un objeto ilegal. Es como si una persona entra con las llaves de su coche o con dinero en efectivo", ha indicado. Por ese motivo, ha aclarado que no existe obligación automática de informar al juez del hallazgo de este tipo de objetos durante un ingreso.
"En el momento del ingreso no se sabe si una llave corresponde a un coche propio o robado. No se va al juez con cada objeto para que lo investigue", ha añadido, subrayando que el procedimiento es el mismo para cualquier interno, independientemente de su relevancia pública.
Las dudas sobre las visitas no registradas
Carlos Cuesta también ha preguntado a Álvarez por las denuncias realizadas por Víctor de Aldama y su abogado, que apuntan a la existencia de visitas en prisión sin registro previo y presiones para que no colaborara con la Justicia. En este punto, el portavoz de ACAIP ha sido tajante: "Eso, trabajando en prisión, nunca lo he visto", ha afirmado. Según ha explicado, todas las personas que acceden a un centro penitenciario deben pasar obligatoriamente por los filtros de seguridad y contar con las autorizaciones correspondientes. "Todo comunicante tiene que estar registrado. Siempre. No hay excepciones", ha insistido.
Otro de los aspectos abordados ha sido la posible filtración de conversaciones mantenidas en prisión, algunas de las cuales habrían aparecido reflejadas en escuchas policiales. Álvarez ha recalcado que se trata de una situación "muy extraña", especialmente cuando se trata de comunicaciones con abogados.
"Las comunicaciones con los letrados están sometidas a un control judicial muy estricto. Es prácticamente imposible intervenirlas si no existe una autorización judicial expresa y con requisitos muy cerrados", ha explicado.
La presencia del director de la prisión
Por último, Cuesta ha preguntado por la presencia del director del centro penitenciario durante el ingreso de Ábalos. Según Álvarez, no es lo habitual, pero tampoco es algo excepcional. "No es normal que el director baje a recibir a todos los internos, pero en casos muy mediáticos o con perfiles especiales sí puede ocurrir", ha señalado.
En estos casos, ha explicado, se trata de un gesto protocolario para comprobar cómo se encuentra la persona en su primer contacto con la prisión, "sin que suponga ningún trato de favor ni beneficio adicional".
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