
El PP está abierto a negociar en Santiago una moción de censura con los cuatro ediles no adscritos expulsados del PSOE para promover "un gobierno de emergencia" en la capital gallega y arrebatar el bastón de mando a la nacionalista Goretti Sanmartín. Incluso con la opción de que la alcaldesa sea Mercedes Rosón.
Lo ha ratificado, en declaraciones a los medios, el presidente provincial del PP y consejero de Presidencia, Diego Calvo, y también, en una entrevista con Radio Voz, el propio portavoz municipal, Borja Verea, quien ha afirmado que su "única preocupación" es la capital gallega y no "el sillón" de la Alcaldía.
Para los populares, es "prioritario" poner en marcha "un gobierno de emergencia con 15 concejales", aunque estipulan un decálogo de condiciones, cuyo primer y segundo punto son, respectivamente, el derribo de la Casa da Xuventude; y eliminar los asesores y cargos creados por el BNG y Compostela Aberta (CA), y destinar esos fondos a programación cultural.
El decálogo popular también incluye el refuerzo inmediato del servicio de limpieza, poner en marcha un contrato del agua que "generaría 100 millones para los santiagueses", la auditoría del servicio de autobuses, así como la agilización administrativa y urbanística, la red pública de cocinas escolares, y construir "vivienda cien por cien pública y paralizar la venta de suelo público.
Finalmente, los populares apuestan por parques infantiles cubiertos; y el refuerzo de la plantilla de la Policía Local y medidas de seguridad.