
El todavía presidente de la Xunta de Galicia y actual presidente del PP nacional, Alberto Núñez Feijóo, ha abogado por la celebración de un congreso extraordinario para su sucesión, al que espera además que se pueda presentar una lista "de unidad" y que pueda "quedar ventilado" en el mes de mayo.
En una entrevista concedida a La Voz de Galicia este domingo, Feijóo se ha pronunciado sobre el camino que debe tomar el proceso de su relevo, algo que no había hecho hasta el momento. No así algunos presidentes provinciales como el ourensano Manuel Baltar o el coruñés Diego Calvo, que solicitaron expresamente la celebración de un congreso; en el caso de Calvo además, "lo antes posible".
Respecto a la compatibilidad de ambos cargos, Feijóo ha reconocido que "desde el punto de vista político se puede hacer", pero no quiere "acumular cargos". "Creo que ser presidente de Galicia y ser presidente del PPdeG son puestos a los que hay que dedicarse a tiempo completo", señala, aunque insiste en que "no hay ninguna incompatibilidad".
Con esto en mente, el titular del Gobierno gallego "tiene claro" que en mayo "tiene que haber un nuevo presidente de la comunidad autónoma", por lo menos en lo que "esté en su mano" --presentar la dimisión como presidente de la Xunta--.
Por otro lado, el líder popular ha rechazado "tutelar" el proceso, asegurando que "es perfectamente consciente de que lo que va a ocurrir en Galicia es lo que quieran los compañeros", aunque sí ha reconocido ser "corresponsable de la situación que vive en este momento el PPdeG" al haber asumido una responsabilidad orgánica nacional sin haber terminado la legislatura.
"Sería una irresponsabilidad por mi parte pegar un portazo, instalarme en Madrid y deciros 'hasta luego'. Eso no lo voy a hacer. A partir del momento en el que un compañero me suceda como presidente de Galicia, estaré como un consultor si quieren alguna opinión, y si no la quieren, tengo bastantes asuntos y compromisos", esgrime.
Afirma no estar "preocupado" y, aunque no señala a nadie, considera que "hay personas que están formadas y tienen experiencia orgánica y de gobierno que pueden ser buenos presidentes de la Xunta de Galicia".
Así, a sus compañeros solo les pide que el PP le presente "ni un solo problema a Galicia". "Este partido es muy sólido y fiable, es probablemente el modelo que me gustaría exportar al resto de España. Por eso los compañeros tienen una gran responsabilidad, que el PPdeG siga siendo un modelo de unidad. Y todos, la presidenta y los otros tres presidentes provinciales, tienen una enorme responsabilidad también", destaca.
Núñez Feijóo consideraría un "grave error" que volviesen las baronías territoriales. "Galicia ya es una ciudad única, un territorio policéntrico. Un partido que vuelva al pasado no va a representar el futuro y sería un grave error. No se lo recomiendo a nadie. No acabaría bien. Además nuestro partido está muy descentralizado", sostiene.
Sobre si le gustaría haberse llevado a algún conselleiro a Madrid, reconoce que sí, pero señala que ha intentado "preservarlos". "Sigue siendo mi Gobierno, y yo eso no se lo voy a quitar a Galicia", comenta.
En esta línea, defiende su decisión de dar un puesto en Génova al secretario xeral del PPdeG, Miguel Tellado. "En un partido, el número dos tiene que tener la confianza del presidente y del comité ejecutivo", indica.
En la entrevista, Feijóo hace balance también de su etapa al frente de la Xunta y asegura que deja Galicia "con la satisfacción del deber cumplido". "Estoy orgulloso de lo que hemos hecho los gallegos y lo que hemos mostrado a España", afirma, defendiendo la construcción del nuevo servicio gallego de salud o la gestión de la pandemia.
Este último punto es uno de los buenos momentos que destaca el presidente, junto a la llegada del AVE y el Xacobeo bienal. Por contra, entre los peores momentos para Feijóo han estado el accidente del Alvia, los muertos en incendios y el naufragio del Vila de Pitanxo".
De sus años en la política gallega destaca la "escasa pero buena relación" con Emilio Pérez Touriño, con quien reconoce haber sido duro --"aunque más duros fueron los nacionalistas"--. Remarca también la sintonía con líderes nacionalistas como Guillerme Vázquez y Francisco Jorquera y, a nivel nacional, "amigos" como Javier Lambán, o Emiliano García Page, entre otros. "Hay presidentes autonómicos del PSOE que, si mandasen en el PSOE, le iría mejor a España", asevera.
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, quiere cerrar pronto los congresos regionales que hay pendientes para tener el partido a punto ante el ciclo electoral que se avecina y que arrancará este mismo año con las elecciones andaluzas, que serán su primera prueba de fuego como nuevo líder del partido.
Pese a que el descontento social que hay en la calle con la inflación y la escalada de precios de la energía aleja la posibilidad de que Pedro Sánchez adelante las generales, en la nueva dirección del PP no descartan del todo esa posibilidad porque, según argumentan, suele hacer lo contrario de lo que dice y actuará en función de sus intereses y datos demoscópicos.
"Si dice que no va haber elecciones, puede ser que sí", asegura a Europa Press una persona del equipo de Feijóo que evidencia así que en la cúpula del partido no dan credibilidad a las declaraciones solemnes del jefe del Ejecutivo subrayando que va a agotar la legislatura.
El líder del PP quiere cerrar pronto los congresos regionales para empezar a preparar cuanto antes candidaturas "competitivas" para las elecciones autonómicas y municipales de 2023, una cita que considera crucial porque aumentar el poder territorial le ayudará en su carrera hacia el Palacio de la Moncloa.
Con ese objetivo, Feijóo ha encargado un informe al coordinador general del partido, Elías Bendodo, y al vicesecretario de Organización Territorial, Miguel Tellado, para celebrar de forma "muy rápida" la decena de congresos regionales pendientes (Extremadura, Madrid, Asturias, Cantabria, Murcia, Navarra, La Rioja Cataluña y País Vasco).
Entre ellos está el de Madrid, un cónclave en el que tomará las riendas del partido la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que lleva reclamando desde finales de 2021 poner fecha a esta cita congresual y se enfrentó al PP de Pablo Casado por esta cuestión.
Feijóo ve "lógico" que Ayuso, que es presidenta autonómica, lidere el PP regional de Madrid, que Mariano Rajoy dejó en manos del veterano Pío García Escudero tras la dimisión en abril de 2018 de la entonces presidenta de la comunidad, Cristina Cifuentes, tras el escándalo por el robo de cremas en un híper y la polémica en torno a su máster.
"Si el congreso del PP de Madrid lo podemos hacer en mayo, mucho mejor que en junio", dijo hace un par de días el presidente de los 'populares', que además se mostró convencido de que Ayuso va a "ganar de calle" y con "contundencia" ese cónclave.
Las elecciones andaluzas serán la primera prueba de fuego para Feijóo. El presidente de la Junta, Juanma Moreno, ha abierto la puerta a que estas elecciones autonómicas puedan celebrarse en junio para aprobar nuevo presupuesto en respuesta al escenario económico.
La nueva cúpula del PP va a poner toda la carne en el asador para que Moreno siga sentado en el Palacio de San Telmo y con ese objetivo Feijóo ha reforzado el poder andaluz en su Ejecutiva, con la entrada de dos personas de la confianza del presidente de la Junta: el consejero de Presidencia, Elías Bendodo, y el consejero de Economía, Juan Bravo.
"El PP de España se pone en modo andaluz ya", proclamó Bendodo en Sevilla, nada más ser designado nuevo coordinador general del PP, un puesto al que se dedicará con exclusividad si logra que Moreno repita como presidente de Andalucía.
